Competencias Digitales +60: cuando la tecnología impulsa la autonomía
Personas mayores que desafían los mitos digitales
Blanca, Inma y José Luis, todos mayores de 60 años, muestran unas habilidades digitales que desmontan muchos prejuicios: navegan con soltura por internet, gestionan sus citas médicas online y compran entradas digitales sin complicaciones. Ellos son solo tres de los casi 15.000 participantes del proyecto Competencias Digitales +60, impulsado por Red.es y la Fundación ”la Caixa”, entre otras entidades.
Acciones tan cotidianas como enviar un correo electrónico o realizar un trámite por internet tienen hoy una gran relevancia en una sociedad plenamente digitalizada.
Un programa para acercar la tecnología a los mayores
El objetivo de Competencias Digitales +60 es que las personas mayores aprendan a utilizar de forma práctica las nuevas tecnologías. El programa incluye ocho cursos que abordan situaciones de la vida diaria para ayudarles a ganar autonomía y confianza: desde realizar gestiones online hasta editar fotografías, planificar viajes o utilizar las redes sociales de forma segura.
Este proyecto se integra en Generación D, una iniciativa de Red.es, financiada por los fondos Next Generation EU dentro del Plan de Recuperación.
Gracias a la amplia experiencia de la Fundación ”la Caixa” en la formación digital de personas mayores, fue seleccionada para llevar el programa a cabo en 2024.
Formación accesible, cercana y adaptada
Los cursos son presenciales y gratuitos, con ocho horas de formación teórico-práctica y cuatro horas de tutorías personalizadas, lo que permite un aprendizaje ajustado al ritmo de cada alumno.
Cada persona puede realizar hasta seis talleres, impartidos en más de 400 aulas informáticas ubicadas en centros para mayores de la Fundación ”la Caixa” en 17 comunidades autónomas.
Autonomía, motivación y nuevas relaciones
Inma decidió apuntarse porque sentía que necesitaba ponerse al día con la tecnología. Para ella, adquirir estas competencias ha significado ganar independencia y mantenerse conectada. Además, valora mucho la parte social: «También haces amistades», comenta.
Blanca se inscribió por motivos parecidos. Aprendió a usar mejor su teléfono móvil y herramientas como la nube, lo que le ha permitido «hacer cosas que antes no podía». Está convencida de que las personas mayores pueden aprender, aunque no hayan crecido con la tecnología.
José Luis llegó al curso casi por casualidad, pero se sorprendió por lo útil que resultó. Destaca la dedicación del profesorado y la forma dinámica de impartir las clases, lo que le permitió aprender rápido y sentirse más seguro ante tareas digitales que antes veía imposibles.
La labor fundamental de los docentes
Las docentes Maya Lozano y Yaritza Díaz coinciden en que muchos alumnos parten de un nivel muy inicial, pero progresan rápidamente. Las principales necesidades giran en torno al uso básico del ordenador, el acceso a internet y la realización de gestiones online, como trámites bancarios, compras, viajes o comunicaciones con familiares.
Ambas destacan que lo más importante es que los alumnos pierden el miedo a equivocarse. Con el aprendizaje, ganan seguridad, autonomía y sienten que pueden desenvolverse solos sin depender de terceros.
Un espacio para aprender y acompañarse
Más allá de las habilidades tecnológicas, en los cursos se genera un ambiente de compañerismo, apoyo mutuo y aprendizaje compartido. Los alumnos se ayudan entre sí y disfrutan mientras avanzan, creando un verdadero sentimiento de comunidad.
Para las docentes, la experiencia se resume en una palabra: satisfacción. Ver cómo los alumnos avanzan, pierden temores y se sienten capaces es, dicen, la mejor recompensa.

