Más de 80 científicos piden en un manifiesto que no se ilumine el cauce del Manzanares por su impacto en fauna y flora
Más de 80 investigadores, casi todos especialistas en biología, medio ambiente y contaminación lumínica, han firmado un manifiesto en el que piden al Ayuntamiento de Madrid que no lleve adelante el proyecto de iluminación nocturna del cauce del río Manzanares y en el que advierten del impacto que esta medida tendrá en la fauna y la flora de la zona.
En el texto, estos expertos coinciden en señalar que habrá impactos negativos en la vida fluvial en el tramo donde el Ayuntamiento de Madrid inicia estos días las obras para la instalación de decenas de luces enfocando al cauce, con objeto de hacer espectáculos nocturnos entre el Puente Oblicuo y el Puente Andorra.
En concreto, los firmantes solicitan al Ayuntamiento de Madrid que abandone su proyecto de iluminación artificial en medio kilómetro del cauce del Manzanares con el único argumento de «realzar su belleza natural» porque, «como especialistas en ciencias ambientales y, en general, en medio ambiente», consideran que «solo generará impactos negativos sobre la misma».
«Esas luces, como mucho, deben ir dirigidas a aquellos elementos de gran interés arquitectónico existentes sobre el río, como puentes históricos, evitando al máximo la intromisión de luz hacia las zonas naturalizadas (por ej. la superficie del río o las arboledas ribereñas)», han recalcado en un texto en el que recalcan el «gran éxito» de la renaturalización del Manzanares.
Este manifiesto se ha hecho tras reclamar los vecinos un análisis sobre el impacto que el proyecto tendría en el entorno y, especialmente en la fauna y la flora, habida cuenta de que no se ha dado a conocer ningún informe de impacto ambiental.
El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado este mes de junio su proyecto de iluminación con juegos de luces de colores de un tramo del renaturalizado río Manzanares, concretamente en los 560 metros que separan los puentes Oblicuo y Andorra.
Según los científicos que firman el manifiesto, dicha actuación podría producir, «de manera totalmente innecesaria, importantes impactos sobre la rica fauna que actualmente habita en el río, pudiendo afectar tanto a vertebrados como a invertebrados, y muy especialmente al grupo de las aves». Al hilo, han recordado que todos estos impactos están bien documentados en estudios científicos internacionales sobre contaminación lumínica.
Desde que se inició la renaturalización del río en 2016, se ha detectado la presencia de más de 120 especies de avifauna. Si bien se trata de un ambiente muy antropizado, han encontrado que disponen para ellas del ‘cajero’ del río, que se encuentra prácticamente libre de la acción humana.
«La iluminación del interior de ese ‘cajero’ por el que discurre el Manzanares supondrá una incuestionable intromisión en la vida de estas aves, por tratarse de un grupo muy sensible a la iluminación nocturna», han indicado, según recoge la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).
En el texto, se alerta así de que esto podría afectar negativamente a su reproducción e incluso podría provocar el abandono del río por parte de algunas especies que precisan tranquilidad, tanto reproductoras como invernantes. La misma situación se daría en el caso de las poblaciones de insectos, que podrían ver alterados sus ciclos y poblaciones, además de afectar a la vegetación fluvial.
Desde el punto de vista social, además, han advertido que esta iluminación ornamental en ambientes naturales o naturalizados traslada un mensaje «erróneo» a la sociedad, dando «la falsa idea de que iluminar no tiene costes ambientales, ecológicos, energéticos, culturales e incluso para nuestra propia salud».
«La renaturalización del tramo urbano del Manzanares es un proyecto exitoso de restauración ambiental, conocido a nivel nacional e incluso europeo, cuyo valor natural se incrementa año tras año, y que está sirviendo de ejemplo para otras ciudades. Su interés social también ha ido en aumento, siendo un lugar de disfrute de la avifauna y la naturaleza tanto de miles de residentes como de visitantes», han recordado.
Sentirnos orgullosos
En esta línea, han apuntado que la renaturalización del río «es clave en la educación ambiental» pues permite visitar un ambiente naturalizado en el corazón de una gran urbe como Madrid. «Es un logro de las administraciones, de grupos ecologistas, de la comunidad científica y del conjunto de la población del que debemos sentirnos orgullosos y en el que seguir avanzando para su mejora», han resaltado.
Finalmente, han insistido en que el «gran éxito ambiental y social» de la renaturalización del río Manzanares ha sido el de «alcanzar un equilibrio entre los elementos propios de una gran ciudad como es Madrid y la recuperación y desarrollo de un ecosistema fluvial bien conservado».
«Por tanto, manifestamos nuestro absoluto rechazo a este proyecto que va en el camino contrario a lo que marca la ciencia y la política europea: la renaturalización de las ciudades, además de la restauración de entornos naturales, algo que se ha conseguido en este caso», han zanjado.