EE.UU vive una euforia económica en una crisis de convivencia política como jamás se recuerda
Joe Biden es considerado un presidente debilitado y existe la posibilidad de retroceso al pasado con Donald Trump, lo que se considera letal para la convivencia. Los estadounidenses no pueden hablar de política en las mesas familiares de acción de Gracias y en cenas de Navidad, todo es exagerado y guerracivilista. No obstante, eso no impacta en los indicadores económicos.
La economía de EE.UU, la mayor del mundo, creció 5,2% en el 3° trimestre del año, después de ser revisada desde un nivel de 4,9% en el mismo período. Al mismo tiempo, el gasto de los consumidores, de los que depende más de 70% del PIB estadounidense, aumentó 4% anual, en tanto que la tasa de inversión trepó 5,5% en el año, especialmente en lo que se refiere a la investigación y desarrollo científico y tecnológico y esto es lo que ha ocurrido por 5 trimestres consecutivos.
Significa que la tasa de crecimiento potencial de largo plazo asciende ahora a 3% anual, cuando alcanzaba solo a 2% en la etapa de pandemia (2021/2022). Esto implica que si en un ejercicio puramente teórico la economía norteamericana colapsara en el 4° trimestre, el PIB se expandiría aun así 2,3% anual, una cifra superior a la pronosticada para 2023 por la Reserva Federal a inicios de año.
El extraordinario boom económico norteamericano se revela también en los índices de ganancias empresariales. Así, por ejemplo, más de 40% de las compañías que cotizan en el índice S&P500 han experimentado retornos con alzas de 7,7% o más, comparadas con las de 4,4% el año pasado; y Amazon, que es la principal vendedora de productos al menudeo a través de Internet, ha elevado sus ventas 11% entre julio y septiembre de este año, todo lo cual puede caracterizarse como un auténtico boom de consumo, semejante al de la etapa prepandemia.
También Facebook e Instagram, mediante el holding Meta, han duplicado sus ganancias con niveles récord de ventas en el 3° trimestre; y a pesar de eso, paradójicamente, Mark Zuckerberg, su jefe ejecutivo y propietario máximo, recortó el empleo en casi 20% con el objetivo de bajar los costos para enfrentar un auge de la competencia y, de esa manera, elevar sus ganancias llevándolas a 11.600 millones de dólares en el 3° trimestre, por encima de las previsiones del mercado. El boom económico, en suma, acentúa la competencia interna, no la disminuye: no hay monopolios en la economía norteamericana.
El dato estratégico que constata el extraordinario fortalecimiento estadounidense es que este momento de esplendor ocurre cuando la Reserva Federal ha elevado 11 veces consecutivas la tasa de interés de corto plazo desde marzo del año pasado, llevándola a 5,5% anual, con el objetivo de bajar la inflación, que efectivamente se redujo a 3% anual.
EE.UU., en suma, ha experimentado la mayor tasa de crecimiento de los últimos 2 años, y lo hizo con el nivel de interés más elevado de las ultimas 2 décadas; y esto ocurrió con una inflación que se ha reducido a 3% anual del 5% que alcanzaba 2 años atrás.
Lo asombroso es que esto sucede cuando 8 de cada 10 norteamericanos creen que el rumbo del país está equivocado, y en tanto que 6 de cada 10 votantes demócratas afirman que el presidente Joe Biden no debe presentarse a su reelección en 2024. Y lo que todavía es más notable de esta tremenda paradoja histórica es que en las últimas 10 encuestas nacionales, el ex presidente Donald Trump se impone a Biden en las elecciones presidenciales de noviembre de 2024.
No hay figura más polarizante y disruptiva en la política norteamericana que Trump, que ha sido objeto de 3 “impeachments” (juicios políticos) por el Congreso controlado por los demócratas, 2 cuando ejercía la presidencia de EE.UU, y el 3° — caso único en la historia estadounidense— cuando había dejado de serlo.
Hay que agregar que Trump se encuentra en este momento procesado en 4 tribunales federales en los que es acusado por 97 delitos; y sin embargo todo parece indicar que Trump puede convertirse en el próximo presidente norteamericano a partir del 4 de noviembre de 2024.
Claramente el problema central que tiene el sistema político estadounidense es Biden, que es uno de los mandatarios más débiles de la historia norteamericana, y cuya autoridad está desapareciendo en una situación de auténtico vacío de poder; y esto ocurre cuando proliferan en el sistema mundial las guerras y los conflictos, entre ellos los de Ucrania y el enfrentamiento visceral entre Israel y Hamás.
Esto significa que cuando se requiere ante todo liderazgo y decisión en la cumbre del poder político de la 1° superpotencia mundial, EE.UU. ofrece hoy una situación extremadamente peligrosa de creciente vacío de poder.
Los acontecimientos norteamericanos de su política interna constituyen el núcleo de la crisis internacional en este momento en que el mundo experimenta una transición ineludible entre una era de completo predominio de la superpotencia norteamericana y un sistema multipolar, cada vez más evidente y a la vista, centrado en Asia, primordialmente en China e India.
La crisis política interna de EE.UU. no es obra de un determinismo de ningún tipo. No hay decadencia norteamericana en absoluto. Solo se trata del letal debilitamiento de Biden en el centro del sistema mundial de nuestra época tan cambiante.