El 33% de la población de la Región Europea de la OMS consume antibióticos sin prescripción médica
Un tercio (33%) de la población de 14 países de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los que se encuentran los Balcanes Occidentales, el Cáucaso y Asia central, consume antibióticos sin prescripción médica y más del 40 por ciento de los antibióticos se obtienen sin consejo médico, según una nueva encuesta estandarizada realizada por la OMS Europa.
Los resultados, que han sido publicados en la revista ‘Frontiers’, revelan que los médicos han recetado o han administrado directamente el 67 por ciento de los antibióticos de esta región. Las razones citadas para tomar antibióticos incluyen resfriados (24%), síntomas similares a los de la gripe (16%), dolor de garganta (21%) y tos (18%).
«Esto es motivo de preocupación porque estos síntomas a menudo son causados por virus contra los cuales los antibióticos no son eficaces. La experiencia médica es esencial para hacer un diagnóstico correcto y determinar si los antibióticos son el tratamiento correcto», señalan desde la OMS.
En la encuesta participaron 8.221 participantes de 14 países, la mitad de los cuales informaron haber tomado antibióticos orales en los últimos 12 meses.
Por otro lado, los datos revelan la falta de aplicación de la ley en torno al uso de prescripción médica para cada tratamiento con antibióticos ya que, en los 14 países, un tercio de los encuestados ha consumido antibióticos sin receta médica y más del 40 por ciento de los antibióticos se han obtenido sin consejo médico. Por el contrario, la encuesta equivalente realizada en toda la Unión Europea en 2022 reveló que solo el ocho por ciento de los encuestados consumía antibióticos sin receta.
Asimismo, la encuesta destaca las lagunas en el conocimiento de las personas ya que solo el 16 por ciento de los encuestados respondió correctamente a las cuatro preguntas relacionadas con la concienciación. Esto podría indicar que las personas están tomando antibióticos por motivos equivocados sin darse cuenta.
No obstante, la mayoría de los encuestados (67%) eran conscientes de que el uso innecesario de antibióticos puede hacerlos menos eficaces, aunque casi la mitad (43%) dijo incorrectamente que los antibióticos son eficaces contra los virus, cuando en realidad lo son contra las bacterias.
Además, solo el 37 por ciento (y solo el 23% en la investigación de la UE de 2022) informaron haber recibido alguna información sobre la importancia de evitar el uso innecesario de antibióticos durante el último año. Esto pone de relieve la necesidad urgente de una comunicación de salud pública más clara y específica.
«Esta investigación muestra claramente la necesidad de educación y sensibilización», afirma el director de la División de Enfermedades Transmisibles, Medio Ambiente y Salud de la OMS/Europa, Robb Butler. «Todos los países de nuestra Región cuentan con regulaciones para proteger los valiosos antibióticos del uso indebido, impidiendo, por ejemplo, la venta sin receta. Hacer cumplir estas regulaciones solucionaría la mayor parte del uso indebido de antibióticos entre los seres humanos», añade.
La OMS reconoce la resistencia a los antimicrobianos (RAM) como una de las 10 principales amenazas a la salud pública mundial, con aproximadamente cinco millones de muertes anuales asociadas a la RAM bacteriana en todo el mundo. Más de medio millón de estas muertes ocurren en la Región Europea de la OMS, que comprende 53 Estados Miembros en Europa y Asia central.
La RAM ocurre cuando los microorganismos desarrollan la capacidad de resistir los medicamentos antimicrobianos que normalmente se usan para matarlos y tratar infecciones. Los diferentes tipos de antimicrobianos (como los antibióticos para las bacterias, los antivirales para los virus y los antifúngicos para los hongos) se dirigen a tipos específicos de microorganismos.
Si bien la resistencia a los antimicrobianos es un fenómeno natural, el desarrollo y la propagación de superbacterias se están acelerando por el uso indebido de antimicrobianos, lo que hace que las infecciones sean más difíciles de tratar de forma eficaz.
«Otras causas de la resistencia a los antimicrobianos tienen sus raíces en las normas sociales y culturales aprendidas en las comunidades, por ejemplo, no completar un tratamiento con antibióticos para conservar algunos para la próxima vez que se enferme, o compartirlos con un familiar enfermo», explica Rob Butler.
Por su parte, el Asesor Regional para el Control de la Resistencia a los Antimicrobianos, el doctor Danilo Lo Fo Wong, señala que «el uso de medicamentos antimicrobianos está intrínsecamente ligado al comportamiento humano y profundamente arraigado en contextos sociales y culturales, moldeados por las actitudes, políticas y opciones disponibles».
«Alentamos y apoyamos a los países para que diseñen y lleven a cabo intervenciones conductuales específicas, utilizando la orientación proporcionada en nuestra caja de herramientas de Adaptación de los Programas de Resistencia a los Antimicrobianos (TAP)», concluye.