La sequía marca el destino de la agricultura india
En la India la demanda de agua excede todas sus fuentes de provisión y más de la mitad de la tierra fértil utilizada no es objeto de irrigación. India tiene más de 1.500 millones de habitantes, se estima que su población ya ha superado a la de China y se ha convertido en el país más poblado del planeta.
Al mismo tiempo, dispone de sólo 4% de los recursos de agua potable del sistema y enfrenta, por consiguiente, una crisis hídrica de carácter crónico. Esto afecta directamente la producción agroalimentaria, lo que implica que 74% del cultivo de trigo y 65% del aérea destinada al arroz muestran signos agudos de escasez hídrica, con pérdidas repetidas de cosechas y situaciones crónicas de crisis.
Además, el régimen de lluvias de su continente indio, denominado Monzón, es extremadamente errático: más de 80% de las precipitaciones tienen lugar entre junio y septiembre, en esos meses, las lluvias mas densas y concentradas duran de 20 a 25 días continuados y luego, el resto del año, no hay lluvia alguna.
Esto significa que una decima parte de la superficie del país se ve sujeta a inundaciones graves, incluso catastróficas, entre junio y septiembre, mientras que el resto del territorio experimenta una sequia crónica prácticamente absoluta.
El gobierno de Nueva Delhi reconoce que las reservas de agua subterránea de las zonas de producción agrícola son objeto de una sobreexplotación sistemática, que lleva a prever su agotamiento definitivo en un plazo de 5 a 10 años.
La población rural alcanza a 700 millones de personas, de los cuales más de 300 millones son pobres, al borde la indigencia, y de este total, menos de 15% tiene acceso directo y diario al agua corriente.
El principal problema que enfrenta India en este aspecto es la prácticamente completa disfuncionalidad de su administración del recurso, como lo indica que el 30% al 40% de sus ríos, canales y lagos se encuentran completamente polucionados.
El Banco Mundial señaló que la demanda de agua excede en India todas sus fuentes de provisión sumadas y que la mitad o más de la tierra fértil utilizada no es objeto de irrigación, lo que implica que depende exclusivamente del régimen de lluvias del Monzón que erosiona la tierra en vez de irrigarla.
Al mismo tiempo, el Banco Mundial estima que India será la tercera economía del mundo en 2025 y ocupara el lugar de Japón; y junto con China representara más de 40% de la economía global para entonces, lo que es un dato altamente paradójico y cargado de incertidumbre.
Un informe oficial de técnicos indios señala que las 21 principales ciudades indias, incluyendo Nueva Dheli y Bangalore, la capital de la alta tecnología, han agotado prácticamente las aguas subterráneas a partir de 2020, que 65% de todos los reservorios se encuentran actualmente por debajo de sus niveles normales y 12 % completamente secos.
La clase media India es extraordinariamente dotada desde el punto de vista cultural e innovador, lo que se manifiesta en el éxito de la diáspora India en el exterior: en EE.UU la comunidad india norteamericana está integrada por más de 5 millones de personas y la mitad de las startups de Sillicon Valley son conducidas por científicos de origen indio; en gran Bretaña, con una comunidad de origen indio de 2.5 millones de personas (los padres del nuevo primer Ministro Rishi Sunak nacieron en Bombai).
Toda esta situación se ve agravada por la emergencia en gran escala del cambio climático o “calentamiento de la atmósfera” en el mundo y este fenómeno que constituye el gran desafío de la época encuentra a India como uno de los países más afectados.
La agricultura mundial tiene en India uno de los desafíos mas importantes en los próximos 30 a 40 años.