Y, sin embargo, muchos atardeceres se tiñen de colores rojizos, naranjas o violetas. ¿La razón? La dispersión de Rayleigh. Para entender este fenómeno, primero hay que tener clara una noción: la luz que, a priori, vemos blanca, en realidad, está compuesta por todos los colores del arcoíris: rojo, naranja, amarillo, violeta, azul, verde e […]