Carmen Iglesias, directora de la Academia de Historia: «La descolonización de museos es un disparate»
La directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, quien publica un nuevo libro ‘El carácter es el destino’ (La esfera de los libros), cree que el proceso de descolonización que han iniciado algunos museos es «un disparate», al tiempo que ha lamentado la «autoflagelación constante» en España con la conocida como Leyenda Negra.
En ‘El carácter es el destino’, Iglesias recopila una serie de escritos, conferencias o entrevistas con las que analiza casi más de dos décadas en torno a temas como el futuro de las humanidades, la «conquista» del espacio público de las mujeres o la constante «incertidumbre» política en España.
Iglesias se ha mostrado contraria a políticas que ya están siendo contempladas por algunos museos de devolución de piezas y ha puesto como ejemplo al Tesoro de Quimbaya del Museo de América que ha sido reclamado por el Gobierno colombiano. «Si lo quieren devolver, que lo devuelvan, pero es un regalo», ha apuntado.
Para la directora de la Real Academia ha habido «una falta de autoestima» en España en torno a los temas relacionados con la conquista de América. «Ha habido una protección de los indígenas, de las lenguas -las más importantes de las hasta 3.000 que había en América- y eso explica muchas cosas», ha apuntado para hablar de un tema «mucho más complejo» de lo que entiende se ha tratado de hacer parecer.
Para Iglesias, el problema es que desde la propia nación española «se ha creído periódicamente» esa Leyenda Negra, cuando en comparación con otras naciones como Portugal, Inglaterra o Francia se hicieron las cosas de manera diferente. «Por ejemplo, los franceses e ingleses lo que hacían era situarse en la costa, porque el comercio era más fácil y les permitía así salir corriendo en caso necesario. Los españoles fundaban ciudades en el interior», ha indicado.
«No encuentro explicación para esa autoflagelación constante, ¿no? Porque no hace falta tampoco exagerar, pero sí encontrar la realidad», ha añadido. La directora de la institución también ha abordado la convulsa actualidad internacional, alertando de un «contexto peligroso» entre las grandes potencias mundiales.
¿Una III Guerra Mundial?
«Espero que no estalle una III Guerra Mundial, porque ya casi todos los países tienen la bomba y eso sería el fin», ha lamentado Iglesias, quien no ha descartado que este conflicto pueda llegar a producirse en un contexto en el que el «al primero que tire la bomba, le va a pasar lo mismo: la recibirá de otro país».
La historiadora ha explicado cómo en su franja generacional se respiraba un «optimismo» respecto a grandes confrontamientos bélicos, ya que los totalitarismos «habían perdido la guerra». No obstante, reconoce que se ha visto sorprendida por el auge de los nacionalismos actualmente, algo que ya avisaba en varios de sus artículos previos.
«Los nacionalismos traen que un grupo o una tribu se sientan superiores a la otra, que son percibidos como inferiores. Hay un racismo biologicista y hay un racismo clasista también y eso me sigue preocupando, porque casi todas las guerras tienen ese matiz de nacionalismo y de superioridad siempre», ha avisado.
Israel y las Universidades
También ha repasado la actual situación en Israel y Palestina, lamentando el caldo de «antisemitismo que se está creando», especialmente entre los jóvenes. «La gente no sabe lo que fue el Holocausto y se busca el chivo expiatorio cuando además lo de Palestina tiene a Hamás en el centro, que es un grupo terrorista y no un Gobierno», ha señalado.
Para Iglesias, el «antisemitismo» en las universidades occidentales es algo «realmente catastrófico y preocupante» y espera que se pueda «combatir», aunque también entiende que en este conflicto ha habido «errores de unos y otros». «Quien atacó primero fue el grupo terrorista, pero Netanyahu no es precisamente el mejor político para esto, muchos judíos están muy descontentos», ha remarcado.
Por último, Iglesias se ha referido al título de este volumen, ‘El carácter es el destino’, una sentencia de Heráclito que le ha acompañado a lo largo de su trayectoria. «Habla de la evolución, de que no hay un determinismo o por lo menos jamás lo podremos saber: evolucionamos, cambiamos y efectivamente te haces una persona en muy diferentes etapas», ha concluido.