La agricultura dispara la economía de Brasil
El boom de los agronegocios arrastra a Brasil a cotas de crecimiento enormes. La soja constituyó el primer producto exportado por Brasil el año pasado aunque las regiones agroalimentarias son las más afectadas por el flagelo del calentamiento de la atmósfera.
La agricultura brasileña representa hoy 25% del PIB frente a 18% que alcanzaba 10 años atrás, y emplea a 27% de la población en forma directa o indirecta. El PIB de Brasil asciende a 1.8 billones de dólares, y su población alcanza a 215 millones de habitantes, en tanto el total de reservas del banco central subió a 385.000 millones en 2023. Hay que agregar que su superávit comercial alcanzó a 96.000 millones el año pasado, y proviene prácticamente en su totalidad de las exportaciones agroalimentarias. En el primer trimestre de 2023, el PIB agrícola creció un nivel extraordinario de 21% anual, lo que implicó un alza de 15% en los 12 meses de 2023 .
Por último, hay que señalar que el producto agrícola per cápita aumentó 2.9% anual el año pasado, más del doble del promedio nacional. El estado crucial de la producción agroalimentaria es el de Mato Grosso, situado en la región Centro Oeste, cuyo producto ascendió a 980 millones en 2017 y alcanzó los 3.000 millones en 2023.
El agronegocio brasileño está centrado esencialmente en la región Centro Oeste, y su epicentro es el estado de Mato Grosso , constituido en el eje del crecimiento del país .
Y es también su sector más productivo y con el mayor nivel de incremento de la productividad de la economía brasileña. La explosión del agronegocio se ha extendido a otras regiones del país, y ha comenzado a desplegar todo su inmenso poderío en el estado de Bahía situado en el Centro Este, y en el de Maranhão ubicado en la región norte. A esto hay que agregar que ha comenzado a desarrollarse en gran escala en la zona del Cerrado, que es la inmensa planicie de casi 100 millones de hectáreas con tierras suficientemente fértiles como para posibilitar la intensa producción de soja y maíz, los dos productos en los que Brasil se ha convertido en número 1 y el número 3 del sistema mundial.
Brasil es ya el primer productor y exportador mundial de carnes, y en términos de potencial agroalimentarios está en condiciones de ampliar su producción en más de 40% en los próximos 10 años.
En esta etapa que se avecina lo que está ocurriendo es una combinación entre la producción del Centro Oeste con la plena explotación del Cerrado brasileño; y esto lo que puede permitir que ese extraordinario potencial se realice completamente.
Las regiones agroalimentarias son las más afectadas por el flagelo del “calentamiento de la atmósfera” o cambio climático, y han experimentado un aumento de la temperatura promedio de 2 grados centígrados en 2023, la mayor pauta desde que se lleva registro en 1964. Lo característico del “calentamiento de la atmósfera” es que tienden a multiplicarse los eventos climáticos, incluso catastróficos, como las temperaturas extremas acompañadas por la carencia absoluta de lluvias, una combinación letal que provocó una drástica caída de los rendimientos de 20% o más.
Por eso el más grande desafío que enfrenta hoy el agro negocio es el cambio climático, identificado con el fenómeno de el “Niño” que impera en el hemisferio sur sobre todo en el interior de Brasil, en 2024.
No hay otra cuestión más relevante para el agronegocio que adecuarse a las nuevas condiciones climáticas, aceptando que implican el surgimiento de una época histórica cualitativamente distinta que ha llegado para quedarse.
Este esfuerzo de adecuación le otorga nuevamente un papel excepcional a la empresa estatal Embrapa (Empresa Brasileña de Tecnología Agrícola), que fue la que logró transformar en términos de fertilidad a la zona del cerrado; y de esa manera aseguró el protagonismo mundial de Brasil en la producción agroalimentaria del siglo XXI. Ahora para Embrapa la prioridad es la producción de una semilla genéticamente modificada con un germen capaz de enfrentar y vencer a la sequía y sus consecuencias y todo esto dentro de una agricultura esencialmente tropical como es la brasileña.
En Argentina la empresa Bioceres de Rosario ya ha logrado crear una semilla anti sequía genéticamente modificada (GM) para un sistema de clima templado como es el argentino.
La soja constituyó el primer producto exportado por Brasil el año pasado y alcanzó a 16% del total medido en dólares, y todo esto fue el equivalente de 101 millones de toneladas vendidas al exterior de las cuales 90% se destinan a China.
La manufactura brasileña tiene un nivel de productividad nulo o negativo que le impide competir internacionalmente, y tiende a convertir a su economía que es la décima del mundo en un sistema esencialmente depresivo. Esto significa que Brasil solo puede convertirse en una auténtica potencia mundial en la medida que su industria manufacturera adquiera el excepcional nivel de productividad de su sector de agronegocio.
En resumen podemos manifestar sin equivocarnos que los agricultores europeos y sobre todo los españoles, se pueden ir dedicando a otra cosa y dejar de protestar para obtener ayudas, subvenciones o, como dicen ellos, paguitas de la PAC…la globalización se los ha llevado por delante.