Samantha Hudson: «La ultraderecha siempre va a por la cultura porque esta es aliada de las identidades disidentes»
La artista leonesa Samantha Hudson, que recalará este sábado en Burgos con su gira ‘AOVE Black Label’, ha advertido de que la «ultraderecha siempre va a por la cultura» porque esta es «aliada de las identidades disidentes, los pensamientos más progresistas y de las propuestas más rompedoras y subversivas».
«Acabar con eso, cortar la libertad y poner una mordaza es su estrategia», ha lamentado en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de su espectáculo en la Sala Andén de la capital burgalesa, en la que está «ilusionada» por actuar ya que tiene familia en la ciudad, al igual que en Toro (Zamora) y Valderrueda (León), lo que marca su vinculación con Castilla y León.
Hudson, a quien Vox intentó vetar un espectáculo en Fuengirola (Málaga) en 2022, ha expresado su preocupación por la censura en los últimos meses a determinadas propuestas culturales en algunos municipios españoles y ha señalado que las «políticas fascistoides» miran a la cultura también porque es «lo único en lo que pueden gestionar» ya que «no tienen propuestas más allá de sembrar el terror y manipular con falacias y discursos de odio».
Todo esto es «intolerable», ha subrayado la artista criada en Mallorca y referente LGTBI, quien considera que en la actualidad aún hace falta reivindicar las distintas identidades y a este colectivo, «cuestiones sociales en las que nunca puedes dar nada por hecho» porque siempre están en peligro «de regresión».
«Es necesario que la que se lo pueda permitir esté dispuesta a ser guerrillera, reivindicar su colectivo y ayudar a ampliar el pensamiento», ha apuntado, para incidir en que las disidencias siempre han de estar «luchando» porque «el enemigo nunca descansa», incluso desde las instituciones, donde los «discursos de odio hoy en día ya están legitimados».
En este sentido, la artista, quien en sus espectáculos y propuestas musicales critica los discursos de odio, ha incidido en que en España hay un «auge» del fascismo, que «no es una broma ni se ha quedado enterrado», ha lamentado.
Una «liturgia electrónica»
Respecto al espectáculo que lleva a Burgos este sábado, 24 de febrero, un show que estrenó en el festival Sónar Barcelona, ha explicado que se trata de una revisión de todo su repertorio musical, adaptado a la estética sonora de su último EP, ‘AOVE Black Label’ (Subterfuge, 2023).
El público se encontrará un espectáculo de estilo «bacala, con reminiscencias de hardcore», todo en un «homenaje a la contracultura club de los años 90», una apuesta mezclada con danza contemporánea y visuales generadas por Inteligencia Artificial de la mano del artista visual Parafeno, utilizando así de una tecnología de la que Hudson cree que se puede «sacar un provecho» pero cuyo uso se debe «regular».
Así, los asistentes al concierto en Burgos disfrutarán de una «liturgia electrónica» y una «atmósfera rave» en la que Hudson ha asegurado que habrá una «catarsis colectiva».
Sobre el uso de los símbolos religiosos en su música y sus espectáculos, algo que asumió desde el principio de su carrera con el vídeo de la canción ‘Soy maricón’ (2015) — un trabajo de clase que apunta a los abusos de la Iglesia Católica al colectivo LGTBI–, que derivó en que el Obispo de Mallorca la excomulgase, la artista ha explicado que «tiene muy presente el imaginario cristiano» porque con «once años era muy religiosa».
«Entonces lo uso porque me parece coherente», ha precisado, para indicar que en el caso de su actual espectáculo es por esa «sensación mágica» y esa «predisposición de comunión» que se genera en la sala, en la que mediante un ‘speech’ se presenta también como una especie de «predicadora».
«Para mí lo más importante es que la gente sale con una sensación muy linda, siento que han purificado su espíritu o que han vivido una experiencia muy surrealista, muy distópica, pero para bien. Verdaderamente creo que tiene mucho que ver con la religión, también por la música electrónica», ha añadido.
«Ritmo vertiginoso» en la industria
Por otro lado, ha alertado de que la industria musical, como la sociedad, se ve afectada por «un ritmo vertiginoso e inmediato», lo que hace que en la actualidad cueste más mantener una carrera. «Como te despistes, en dos semanas estás anticuada», ha avisado.
En su caso, ha confesado que es «difícil» y «frustrante por momentos» gestionar la importancia que hoy en día se da a las reproducciones y la viralidad. «Siento que vivimos bajo la dictadura del algoritmo y es verdad que la mayoría de nuestra propuesta está totalmente condicionada por la viralidad, por repetir la misma fórmula que nos ha funcionado y que nos ha dado esas cifras en algún momento», ha expuesto.
«Es algo que tenemos que quitarnos más pronto que tarde o nos va a dejar huella en un sentido que no nos conviene», ha sentenciado la artista, quien concluirá su gira pasado el verano, tras lo que espera «seguir predicando» con sus propuestas artísticas, en las que quiere incluir el escribir un proyecto audiovisual propio. «Ideas no me falta y experiencias tampoco. Hacen falta más directoras que elaboren proyectos y que formen parte de esa disidencia de género», ha concluido.