Love of Lesbian concluye en Madrid su épico final de gira, un alegato a las emociones
Madrid ha sido este sábado 4 de noviembre el escenario elegido por Love of Lesbian para poner broche de oro a la gira del último trabajo, ‘V.E.H.N.’ –acrónimo de ‘Viaje épico hacia la nada’–, con un concierto de casi dos horas y media con entradas agotadas y en el que no han faltado a la cita grandes clásicos de su discografía que se han convertido ya en la banda sonora de más de una generación.
Pese a la gélida noche que se vivía a las afueras del WiZink Center, el auditorio se ha ido caldeando primero de la mano de Turf, la banda argentina que visitaba España por primera vez, teloneros del cuarteto barcelonés integrado por Santi Balmes, Julián Saldarriaga, Jordi Roig y Oriol Bonet, puntuales ante su público a las 21.00 horas, una banda «poco televisiva que reúne a una inmensa cantidad de raros», como ironizaba el grupo en alusión a uno de sus míticos temas.
Como no podía ser de otro modo, el pistolezo de salida ha venido de la mano de ‘VEHN’ cantado como un himno ante un escenario donde no cabía ni un alfiler que posteriormente ha entonado con ganas el ‘Nadie por las calles’ de otro mítico album, ‘La noche eterna. Los días no vividos’ para después desatar la locura con ‘Bajo el volcán’, de ‘El poeta Halley’.
«Este es el último concierto de una gira surrealista que ha sido un auténtico viaje pero hacía un todo», afirmaba el cantante y compositor Santi Balmes al dirigirse al público asistente, ante quienes ha reconocido sentir «mucha ilusión» ya que, como ha recordado, la gira empezó en marzo de 2021 en el Palau Sant Jordi de Barcelona, cuando fueron tachados «de locos» por llevar a cabo el primer gran concierto que se celebraba tras la pandemia.
«Esto ha sido un milagro», reconocía Balmes antes de espetar a sus fans: «Emocionáos, llorád, besáos, bailad, volvéos locos con más noches reversibles». Llegaba entonces uno de los momentos memorables de esta noche, y han sido varios, al entonar ese «creo que voy a empezar a romperme» del tema que forma parte de aquel lejano ‘Cuentos chinos para niños del Japón’. «Si fueran reversibles aquellas noches de incendio», coreaba al unísono el antiguo Palacio de los Deportes.
Tampoco podían faltar a la cita de esta noche canciones de «esas que tocan la fibra», como reconocía su vocalista antes de entonar ‘Planeador’, un canto al pasado que ha enlazado con ‘Segundo asalto’ (1999), de nuevo coreado por sus incondicionales, con quienes volvían a reencontrarse en la capital en un gran concierto más de un año después, a excepción de su breve participación en el festival Madblue el pasado mes de octubre.
En un canto a todos los cánones de belleza, ‘Niña imantada’ ha puesto nota a los seguidores más veteranos ya que, como han reconocido Love of Lesbian, era una canción que, cuando se compuso, no sabían cómo iba a funcionar. «No hay manera humana de escapar», reza la letra de un tema que sigue emocionando, al igual que ‘Los colores de una sombra’, con quien comparte álbum, sin olvidar a los actuales ‘Sesenta memorias perdidas’, ‘Escuela de danza’ o ‘Cosmos’, de su último disco.
Precisamente ‘V.E.H.N.’, tras su paso por varios países de Latinoamérica (como México, Perú, Chile o Colombia) y actuaciones por toda la geografía española (con doblete esta misma semana su ciudad natal, en Razzmatazz), ha logrado que la banda se haga con un nuevo Disco de Oro (el cuarto de su carrera) tras vender más de 20.000 copias con este noveno trabajo de estudio.
Agradecimientos a quienes mantienen «la cultura viva»
Julián Saldarriaga, guitarrista de la banda, también se ha dirigido al público para recordar «los obstáculos superados» hasta llegar a este concierto, al tiempo que ha dado las gracias a todo el equipo técnico y a toda la gente que «ha mantenido la cultura viva». «Sin vosotros esto no arranca», aseguraba.
En el ecuador del concierto, volvía a sonar una canción de esas de «echar lagrimita», en palabras de Balmes, quien defiende que lo malo no puede durar para siempre en ‘Los males pasajeros’ para los que hay que sacar «un billete sólo de ida».
Sin olvidar la actualidad, después de viajar a ‘ Belice’, Balmes denunciaba «las atrocidades» que se están cometiendo en Gaza al tiempo que ensalzaba a «las personas que no hacen ruido y hacen las cosas fáciles», introducción a su ‘Manifiesto delirista’, seguido de ‘I.M.T (Incapacidad Moral Transitoria)’ y ‘Algunas plantas’.
En pleno delirio del público, que seguía cantando y bailando en esta primera pausa del concierto como si la banda siguiera en el escenario, los primeros compases de ‘Incendios de Nieve’ han vuelto a emocionar a los asistentes, totalmente entregados con la aparición sobre el escenario de Leiva (el artista invitado en este concierto), una actuación que ha derretido a todo el auditorio, iluminado de color rojo.
Misma devoción se ha vivido con los primeros acordes de ‘Fantástico’, con todo el público de nuevo en pie, si es que alguna vez alguien pudo aguantar sentado, en medio de una lluvia de confetis y alegría inconmensurable que no ha podido frenar la segunda breve pausa de la noche, acompañada del ‘Club de fans de John Boy’.
Afrontaba el concierto ya su recta final en un delirio sin fin protagonizado por ‘Cuando no me ves’, ‘1999’ –que tuvo que ser interrumpida nada más empezar para atender a una persona situada en las primeras filas del concierto– , ‘Los irrompibles’ y otro tema mítico, ‘Allí donde solíamos gritar’.
«Esta es la última canción antes de mucho tiempo porque llega un nuevo disco. Volveremos con mucha fuerza», auguraba Balmes en su despedida, en la que hacía un alegato a favor del «milagro de la música y a la magia de una matemática emocional que vale la pena compartir», tras una noche de «paréntesis a los problemas» en la que se ha hecho gala del buen músculo del que goza el grupo y de un género, el indie, que sigue en plena forma.