La hipertensión durante el embarazo multiplica el riesgo de enfermedades cardíacas hasta cinco años después
Un nuevo análisis realizado en EE.UU. y presentado en las Sesiones Científicas de la American Heart Association 2025 revela que las mujeres que padecen trastornos hipertensivos del embarazo (como hipertensión gestacional, preeclampsia o eclampsia) presentan un riesgo significativamente mayor de sufrir enfermedades cardiovasculares graves —infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca o muerte— en los cinco años posteriores al parto.
El equipo investigó 218.141 nacimientos vivos correspondientes a 157.606 pacientes entre 2017 y 2024 en 22 hospitales del sistema Intermountain Health. Encontraron que un 19,7 % de las pacientes habían tenido un trastorno hipertensivo del embarazo, y en ese grupo los factores de riesgo previos —como obesidad, diabetes, tabaquismo o hiperlipidemia— eran más frecuentes.
Impactos y recomendaciones
El estudio apunta que las mujeres con hipertensión crónica previa al embarazo que luego desarrollaron eclampsia mostraron los mayores índices de complicaciones cardiovasculares futuras. Por ejemplo: el riesgo de insuficiencia cardíaca puede llegar a ser de 3 a 13 veces mayor, y el de accidente cerebrovascular de 2 a 17 veces mayor, en comparación con mujeres sin estos trastornos.
Los autores insisten en la necesidad de mejorar la detección y el seguimiento de estas mujeres más allá del embarazo: “Debe reforzarse la colaboración multidisciplinar entre obstetras, cardiólogos, especialistas en atención primaria y matronas”, dicen.
Este hallazgo recalca que los riesgos cardiovasculares no desaparecen cuando acaba el embarazo: son persistentes y requieren vigilancia activa en los años siguientes. Para los profesionales sanitarios, significa integrar el historial de hipertensión en el embarazo como un marcador importante en el perfil de riesgo de la paciente.
Para las mujeres que han experimentado hipertensión gestacional o preeclampsia, conviene mantener controlados otros factores modificables (peso, presión arterial, actividad física, dieta) y consultar con su médico para establecer un plan de seguimiento apropiado.

