La actividad empresarial en la eurozona se asoma a la parálisis durante la pausa arancelaria

El crecimiento de la actividad del sector privado de la zona euro se ha reducido en abril a la mínima expresión, según refleja el dato adelantado del índice PMI compuesto, que baja hasta 50,1 puntos desde los 50,9 de marzo, lo que supone su lectura más débil en cuatro meses y se sitúa apenas una décima por encima del umbral que implica estancamiento ante la caída de la confianza y a la expectativa de la evolución de la guerra arancelaria, así como de las promesas de mayor gasto en la UE.
En concreto, en el mes de abril el PMI del sector servicios ha registrado un significativo empeoramiento, con una lectura preliminar de 49,7 puntos, frente a los 51 del mes de marzo, su peor resultado en cinco meses, mientras que el PMI manufacturero sigue en terreno contractivo, con una lectura de 48,7 desde los 48,6 del mes anterior, aún así su mejor resultado en 27 meses.
En el mes de abril, la actividad empresarial se vio frenada por una reducción más rápida de los nuevos pedidos y un debilitamiento de la confianza en las perspectivas para los próximos doce meses. De hecho, la confianza empresarial fue la más baja en casi dos años y medio.
En consonancia con el panorama de la actividad total, se registraron pocos cambios en el empleo y los fabricantes continuaron reduciendo las compras, mientras que las presiones inflacionistas disminuyeron, ya que los costes de los insumos y los precios de venta aumentaron a tasas más débiles.
«El sector manufacturero parece estar resistiendo mejor de lo esperado», destacó Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, ya que, a pesar de la introducción de aranceles por Estados Unidos a principios de abril, «la mayor parte de los fabricantes de la zona euro no están demasiado inquietos».
En este sentido, el experto considera que la caída de los precios de la energía ante los temores de recesión en Estados Unidos, es «una bendición» para el sector manufacturero de la zona euro que se suma al anuncio del aumento del gasto en defensa.
Sin embargo, advierte de que el sector servicios «se ha convertido en una especie de aguafiestas» y con su contracción en abril ha empujado al conjunto de la economía a territorio de estancamiento, aunque De la Rubia confía en que un mayor gasto en infraestructura en Alemania y en defensa en toda Europa «debería beneficiar no solo al sector industrial sino también al sector servicios, aunque con un poco de retraso».