La economía española crece un 0,7 % en el segundo trimestre impulsada por el consumo y la inversión
El Producto Interior Bruto (PIB) de España creció un 0,7 % entre abril y junio de 2025, una décima más que en el primer trimestre del año. El avance se debe, principalmente, al fuerte impulso del consumo de los hogares y al aumento de la inversión empresarial, que ha mostrado un dinamismo superior al previsto.
El empleo y la productividad acompañan el crecimiento
El crecimiento económico se ha visto respaldado por un mercado laboral en expansión. El número de ocupados ha superado los 22 millones y la tasa de paro ha descendido a su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2008. A esto se suma una mejora en la productividad y un leve crecimiento en los salarios reales, que refuerzan el poder adquisitivo de los consumidores.
La demanda externa frena el avance
Pese al buen comportamiento interno, la demanda exterior ha restado ligeramente al crecimiento. Las exportaciones han retrocedido en mayor medida que las importaciones, lo que ha afectado negativamente a la aportación del sector exterior al PIB. Aun así, la economía nacional mantiene un ritmo sólido, sostenido por el dinamismo interno.
Perspectivas optimistas para el resto del año
Con estos datos, España consolida su posición como una de las economías más dinámicas de la zona euro. A pesar del contexto internacional marcado por la incertidumbre y las tensiones comerciales, las previsiones apuntan a un cierre de año con un crecimiento estable, gracias a la fortaleza del consumo privado, la inversión productiva y la buena evolución del empleo.
