El primer ministro japonés niega que vaya a dimitir tras la debacle electoral
Shigeru Ishiba, primer ministro de Japón, ha desmentido rotundamente los rumores que apuntaban a su dimisión tras la dura derrota electoral de su partido en las elecciones parciales del Senado. Aunque medios locales informaron que presentaría su renuncia antes de agosto, él calificó esas versiones como «completamente infundadas» y reiteró su intención de seguir al frente del Gobierno.
Evitar el vacío político en un momento crítico
Ishiba explicó que decidió no dimitir tras los comicios con el fin de evitar un vacío institucional, especialmente ante la proximidad del plazo del 1 de agosto para cerrar un nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos. Según fuentes cercanas, esa opción le habría permitido mantener cierta estabilidad en las negociaciones sobre aranceles de automóviles.
Presión interna y retos inmediatos
A pesar de su postura, el primer ministro enfrenta una creciente presión interna: varios miembros destacados de su partido (PLD) y sectores conservadores exigen su salida, argumentando que la pérdida de la mayoría en ambas Cámaras debilita su liderazgo. Además, el auge del partido ultraderechista Sanseito añade presión, ya que la coalición gubernamental se queda sin mayoría tanto en la Cámara Baja como en la Alta.
Gobernar en minoría y plan de sucesión
El descalabro electoral obliga a Ishiba a gobernar en minoría, lo que requerirá pactos puntuales con partidos de la oposición para aprobar leyes. Hasta ahora, no hay fecha concreta para su posible sucesión, y una eventual dimisión podría desatar una pugna interna en el PLD en busca de un nuevo liderazgo de cara a consolidar un plan de gobierno viable.