Oriente Próximo al límite en un conflicto sin freno

Oriente Próximo arde en una espiral de tensión que amenaza con desbordar la región. Los enfrentamientos entre Irán, Israel, Qatar y Estados Unidos escalan tras los ataques aéreos y una tregua que se derrumbó en horas. Con el mundo en vilo, esta crisis pone en jaque la estabilidad global, los mercados energéticos y la diplomacia internacional. ¿Qué está pasando y hacia dónde va este polvorín?
Bombardeos y una paz efímera
La chispa saltó cuando Estados Unidos, respaldando a Israel, lanzó ataques aéreos contra instalaciones iraníes vinculadas a su programa nuclear. Irán respondió con furia, disparando misiles contra bases estadounidenses en Qatar e Irak, incluyendo la estratégica Al Udeid en Doha. Qatar, aliado clave de Washington, interceptó la mayoría de los proyectiles, pero el ataque sacudió su posición como mediador neutral. Un alto el fuego de 12 horas, anunciado por el presidente Donald Trump, se desvaneció cuando Israel atacó un radar cerca de Teherán, acusando a Irán de violar la tregua. Teherán replicó denunciando nuevos bombardeos israelíes, dejando la región al borde del abismo.
Jugadores clave en el tablero explosivo de Oriente Próximo
Irán, con el presidente Masoud Pezeshkian y el líder supremo Alí Jamenei, clama soberanía y promete castigar a Israel, al que considera una amenaza existencial. Israel, liderado por Benjamín Netanyahu, intensifica su ofensiva, justificándola como defensa preventiva. Estados Unidos, con Trump al mando, busca contener el conflicto mientras apoya a Israel, aunque su enviado especial, Steve Witkoff, explora canales diplomáticos con Teherán. Qatar, atrapado entre su alianza con EE. UU. y su rol de mediador, lucha por mantener el equilibrio tras el ataque a su territorio.
Un mundo en alerta
La crisis dispara los precios del petróleo, con el estrecho de Ormuz bajo amenaza. Arabia Saudita y Egipto piden contención, mientras China y Rusia acusan a EE. UU. de avivar el fuego. La diplomacia, liderada por Qatar y Turquía, es la última carta para evitar una guerra regional, pero la retórica beligerante no cede. Con cada misil, el riesgo de una catástrofe global crece, y el mundo espera un milagro diplomático.