El juicio de Paris desembarca en CaixaForum Barcelona: así se instala un Rubens

30 May 2025 por Sergio Martínez

Ataviados con chalecos reflectantes y guantes, varios operarios se preparan en CaixaForum Barcelona para desembalar una obra maestra: El juicio de Paris (1638-1639), de Pedro Pablo Rubens. La imponente pintura, procedente del Museo del Prado, ha viajado en un tráiler climatizado y será la estrella de la exposición Rubens y los artistas del Barroco flamenco.

Acompañan a la obra un escolta de seguridad y una restauradora del Prado, Alicia Peral, encargada de verificar su estado de conservación. Ella supervisa todo el proceso: desde el cierre de la caja en Madrid hasta su apertura en Barcelona.

Transportar un lienzo de estas dimensiones no es sencillo. Anna Penalva, coordinadora de la muestra, explica que incluso fue necesario serrar una puerta exterior para introducir la caja directamente en la sala expositiva.

El desembalaje es meticuloso y solemne, casi un ritual: seis técnicos retiran cuidadosamente la caja, en completo silencio, hasta dejar al descubierto la pintura. Entonces, Peral inicia su evaluación técnica, guiada por su mirada experta, una linterna y fotos en alta resolución.

No hubo incidentes. Gracias a una planificación rigurosa, el cuadro llegó en perfectas condiciones: cajas diseñadas a medida, control de temperatura y humedad, y revisiones ajustadas a cada obra. Como dice Peral, “el ritmo lo marca la pieza”.

Más brillo tras una restauración de nueve meses

Hasta hace poco, El juicio de Paris colgaba en uno de los pasillos centrales del Prado, pero ha pasado por un proceso de restauración de nueve meses. La exposición Rubens y los artistas del Barroco flamenco marcará su reaparición pública. La restauradora del Prado, María Antonia López de Asiaín, le ha devuelto el brillo original y ha equilibrado la composición.

Además, se han eliminado añadidos del siglo XVIII que ocultaban la desnudez de las diosas por el pudor de la época. Ahora, la obra recupera la intención original de Rubens, quien desafió los convencionalismos de su tiempo al plasmar la voluptuosidad femenina en esta escena mitológica protagonizada por Juno, Minerva y Venus.

En Barcelona, la pintura se exhibe con mayor libertad, sin los velos que limitaban su mensaje. “A veces una obra pierde parte de su significado si no se restaura correctamente”, comenta la restauradora Alicia Peral, quien destaca que ahora era el momento técnico adecuado para intervenir la pieza con total seguridad.

Colgar El juicio de Paris, la coreografía final

Terminada la revisión, el equipo de art handlers —técnicos especializados en manipular obras— pide silencio y espacio. Llega el momento más delicado: el colgado final del cuadro en una de las salas de CaixaForum Barcelona, un instante cargado de simbolismo donde los operarios parecen dialogar con las figuras del lienzo.

Desde la distancia, la restauradora Alicia Peral destaca que en Barcelona la obra podrá apreciarse de una forma más íntima.

El juicio de Paris será pieza central en la exposición Rubens y los artistas del Barroco flamenco, que estará abierta al público del 29 de mayo al 21 de septiembre. Comisariada por José Juan Pérez Preciado, la muestra analiza el genio de Pedro Pablo Rubens, su influencia artística y su papel en la revolución estética del siglo XVII.

La exposición reúne más de 60 obras, muchas provenientes de los fondos menos conocidos del Prado. Entre ellas destacan Nacimiento de Apolo y Diana, La muerte de Séneca y La Inmaculada Concepción, que dialogan con El juicio de Paris en una muestra que revela el impacto del Barroco flamenco.

El traslado y futura devolución de las piezas están a cargo de los correos del Prado, figuras clave en la logística silenciosa de estas grandes obras maestras.

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