Los grandes espías del cine se infiltran en la nueva exposición de CaixaForum València

28 Feb 2025 por Sergio Martínez

Top secret. Cine y espionaje explora los estrechos vínculos entre cine y espionaje a lo largo de más de un siglo, desde las primeras representaciones cinematográficas hasta la actualidad. Organizada por la Fundación ”la Caixa” y La Cinémathèque française, la muestra ha recorrido los centros CaixaForum Madrid, Barcelona y Zaragoza, y finaliza su itinerancia en Valencia.

La exposición reúne 175 piezas y 90 clips de películas, analizando la evolución de la figura del espía en el cine y destacando el papel de la mujer espía, más allá del estereotipo del sexpionaje. A través de un recorrido cronológico y temático, la muestra aborda desde las técnicas de espionaje y el papel de los agentes en los conflictos bélicos hasta la transformación del espía moderno en la Guerra Fría, con figuras icónicas como James Bond, y su evolución en la era del terrorismo global y la vigilancia digital.

Dividida en cinco ámbitos, la exposición analiza la relación entre espionaje y cine, la representación de agentes encubiertos en las grandes guerras, la creación del mito del espía en la Guerra Fría, la influencia del terrorismo en el cine de espionaje y el surgimiento del ciudadano espía en la sociedad actual.

Además, se incluyen referencias al cine español, con películas como El Lobo, Mataharis y Garbo, el espía, así como carteles de producciones internacionales, ofreciendo una visión global de cómo el cine ha retratado el mundo del espionaje.

Vigilancia y espionaje

La exposición incorpora un enfoque participativo e inmersivo, convirtiendo al visitante en espía y espiado. A través de juegos de encriptado y paradas interactivas, la muestra amplía la noción de vigilancia y espionaje, sumergiendo al público en una auténtica investigación.

La museografía refuerza esta experiencia con detalles como los títulos de cada ámbito expositivo, inscritos en la pared con un código oculto que solo se revela bajo una luz dorada. A lo largo del recorrido, el visitante se enfrenta a preguntas y elementos diseñados para fomentar la reflexión y el análisis sobre el espionaje en el cine y en la vida real.

Para potenciar esta inmersión, la exposición simula la recogida de datos e imágenes de los asistentes, que se proyectan al final del recorrido. Además, los visitantes podrán disfrazarse de espías y capturar el momento en un photocall temático, convirtiéndose en protagonistas de su propia misión secreta.

Top Secret: más allá de las salas de exposición

La exposición se enriquece con un catálogo y una variada programación de actividades innovadoras, diseñadas para acercar el mundo del espionaje a todos los públicos.

El evento inaugural será una conferencia de Alexandra Midal, comisaria de la muestra. A partir de marzo, se celebrará un ciclo de conferencias sobre la historia secreta del siglo XX, abordando temas como el espionaje en la Primera Guerra Mundial, la resistencia antijaponesa en Asia, el papel de las mujeres en los servicios de inteligencia y la relación entre el espionaje británico y Franco.

Además, la exposición contará con una retrospectiva cinematográfica, proyectando títulos emblemáticos como Garbo, el espía, Alarma en el expreso, Bajo el fuego y La vida de los otros. También habrá talleres, conciertos y un escape room familiar, junto con visitas guiadas, algunas con vermut y café para disfrutar de la experiencia de forma distendida.

Recorrido de la exposición: el reflejo del espía

Un juego de espejos con siluetas de seis estereotipos del espionaje da la bienvenida al visitante, sumergiéndolo en un universo de capas y ocultaciones. A continuación, un gabinete de curiosidades exhibe numerosos objetos originales, desde una estación de reprografía utilizada por agentes de la KGB y el GRU, hasta minicámaras ocultas de la Guerra Fría, receptores automáticos de la CIA, monedas con compartimentos secretos para microfilmes y falsos vinilos con radiografías que transportaban mensajes clandestinos. También se presentan carteles de cine, cámaras y micrófonos utilizados en misiones de inteligencia.

Este espacio incluye tres proyecciones que exploran el papel del cine como herramienta de investigación en espionaje. La muestra destaca cómo las proyecciones de imágenes han sido fundamentales en reuniones de inteligencia. Un bucle de fragmentos cinematográficos comienza con La carta del Kremlin (John Huston, 1970) y finaliza con Minority Report (Steven Spielberg, 2002), donde las pantallas táctiles intangibles manejadas por Tom Cruise reflejan la omnipresencia de las imágenes en la sociedad actual.

El espionaje tiene nombre de mujer: el mito de Mata Hari

El segundo ámbito de la exposición se centra en las agentes secretas de la Primera y Segunda Guerra Mundial, enmarcando sus historias en los inicios del espionaje moderno, que surgió en medio de las convulsiones históricas del siglo XIX.

Durante la primera mitad del siglo XX, muchas películas de espías se basaron en hechos reales y presentaron a mujeres como agentes clandestinas. En aquella época, el arte de la seducción se consideraba clave en el espionaje, y el sexpionaje inspiró múltiples narraciones cinematográficas, mayoritariamente dirigidas por hombres, retratando a las espías como femmes fatales.

Ejemplos destacados incluyen a Mata Hari, condenada a muerte por presunto espionaje para Alemania en la Primera Guerra Mundial, e interpretada en el cine por Greta Garbo, Jeanne Moreau, Sylvia Kristel y Vahina Giocante. También se menciona a Marlene Dietrich, quien encarnó a la agente X27 en Fatalidad y de quien se ha especulado que espió a los nazis en la vida real. Además, se rinde homenaje a Hedy Lamarr, no solo como actriz, sino como inventora de un sistema de codificación precursor del GPS y el WiFi.

Esta sección exhibe cuatro fotografías originales de Mata Hari junto con parte de sus álbumes personales digitalizados. También se presentan carteles de propaganda británica que advertían a los soldados sobre los peligros de confiar en mujeres atractivas vinculadas al espionaje. Además, se dedica un espacio a cineastas como Alfred Hitchcock y Fritz Lang, quienes sentaron las bases del cine de espías con protagonistas femeninas que combinaban intriga y romance.

James Bond: el espía gentlemen más pop

El tercer ámbito de la exposición se centra en la Guerra Fría, un periodo de intensa rivalidad entre EE.UU. y la URSS, donde el espionaje jugó un papel clave. En este contexto surgieron los agentes dobles, las identidades encubiertas y los servicios secretos como la KGB, el MI6 británico y el servicio francés. La exposición distingue visualmente los dos bloques, mostrando su influencia en el cine de espías.

Uno de los ejes centrales es James Bond, un icono del género. Se exhiben trajes, carteles y objetos de sus películas, además de una comparación audiovisual con las obras de Alfred Hitchcock, pionero del cine de espionaje. También se presenta la gadgetología, que reúne sofisticados dispositivos utilizados tanto en la ficción como en la realidad, mostrando cómo el cine ha construido una imagen del espionaje llena de acción, tecnología y misterio.

Los filmes más oscuros, en la Europa del Este

La segunda subsección, dedicada al Bloque del Este, se enfoca en los filmes oscuros de la Europa del Este, especialmente de la RDA y Berlín, como El espía que surgió del frío y La vida de los otros. Se exploran las tácticas de espionaje de la KGB, como el uso de cámaras, maquillaje y disfraces, con ejemplos reales de la época. También se presentan los archivos fotográficos recuperados por el artista Simon Menner de la STASI, que muestran cómo los espías empleaban diversos looks para ocultar su identidad.

Desde los 70 hasta nuestros días: terrores y terrorismos

El cuarto ámbito de la exposición muestra la evolución del espionaje desde los años 70 hasta la actualidad, con un cine más ambiguo y comprometido. La acción se desplaza principalmente de Europa a Oriente Medio y Latinoamérica, con títulos como Argo, La noche más oscura o Múnich, donde el terrorismo reemplaza los ejércitos civiles. Los agentes secretos en este contexto son más complejos, y las películas muestran una realidad más cruda del espionaje, alejada del heroísmo unidimensional.

El cine de esta época se centra en la duplicidad y las traiciones, reflejando espías al borde de la implosión o la locura, y a menudo maltratados por sus propias jerarquías. Series como Homeland y Oficina de infiltrados muestran cómo estos agentes se enfrentan a un mundo más sombrío y deshumanizado. Este ámbito también aborda el tema de los espías a la fuerza, explorando la paranoia y el control mental en películas como Ipcress y El mensajero del miedo.

Todos podemos ser espías y todos somos espiados

La sección final aborda la era actual de vigilancia, información e hipermediatización, en la que el ciudadano espía tiene un papel activo en mostrar y denunciar. En el siglo XXI, todos parecen ser espías, ya que cualquiera tiene herramientas para vigilancia, recolectar información o denunciar. La práctica se ha generalizado, y quienes espían no siempre son fácilmente reconocibles.

El nuevo espía ultracontemporáneo pertenece a una comunidad con un perfil desdibujado, como reflejan los documentales Citizenfour y XY Chelsea. Estos individuos, como Edward Snowden y Chelsea Manning, no son espías de profesión, sino que utilizan su acceso a secretos para revelar información. Por primera vez en la historia del espionaje, los alertadores desafían y ponen en peligro a las agencias de información tradicionales.

Espionaje e historia en CaixaForum+

Con motivo de esta exposición, CaixaForum+, la plataforma digital gratuita para la divulgación de ciencia y arte, lanzó el largometraje documental Bombshell. The Hedy Lamarr Story (Alexandra Dean, 2017), que redescubre a la icónica estrella de Hollywood de los años cuarenta Hedy Lamarr, no solo como actriz, sino también como pionera inventora de la tecnología inalámbrica.

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