Escuela de Cuidadores: cuidarse para cuidar mejor
Desde 2018, la Escuela de Cuidadores del Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa” ha organizado más de 2.000 talleres con la participación de cerca de 8.000 personas. María Isabel Ortego, tras 20 años cuidando a familiares y amigos, entendió la importancia de empezar a cuidarse a sí misma. En la Escuela ha encontrado recursos para mejorar su bienestar y así poder cuidar mejor.
La Escuela de Cuidadores es una iniciativa pionera en España dirigida a familiares y voluntarios que cuidan a personas en fases avanzadas de enfermedad o en situación de final de vida. A través de talleres online, capacita a cuidadores no profesionales en habilidades y conocimientos para mejorar la calidad de vida de las personas a su cargo.
Los talleres abarcan un enfoque amplio: desde el cuidado físico hasta las inquietudes espirituales y sociales, así como los desafíos emocionales y psicológicos. La psicóloga Anna Escolà, del equipo de atención psicosocial (EAPS), imparte talleres sobre buen trato, como «Persona y demencia» y «Cuidarse para cuidar». Este último se enfoca en técnicas de autocuidado y autoconocimiento para el bienestar del cuidador.
Esta iniciativa apoya a los cuidadores y busca dignificar y humanizar el proceso de cuidado al final de la vida.
El autocuidado, la clave para poder cuidar mejor
El autocuidado es esencial para ejercer el rol de cuidador, ya que permite a los familiares estar bien para acompañar mejor a los pacientes. Los cuidadores suelen enfrentarse en soledad a muchos sentimientos y tensiones que surgen durante la experiencia de cuidar, especialmente cuando las enfermedades tienen altibajos y recaídas.
En los talleres se abordan aspectos clave, como comprender las reacciones de la persona enferma y gestionar las dinámicas familiares. Esto es particularmente importante cuando se produce una inversión de roles, por ejemplo, cuando los hijos pasan a asumir funciones parentales. En estos casos, es crucial que el cuidador conozca sus límites y sepa qué recursos tiene a su disposición para ofrecer un buen trato y un cuidado digno.
Espacio seguro con una red de apoyo y comprensión
Es común que los cuidadores experimenten sentimientos de soledad y necesiten hablar de sus miedos e inquietudes, especialmente ante la incertidumbre de la enfermedad. Al final de los talleres, los participantes encuentran un espacio para compartir sus experiencias, lo que resulta muy beneficioso y ayuda a aliviar su carga emocional.
Este espacio de intercambio es muy valorado, ya que permite a los cuidadores expresarse, recibir apoyo y conectar con personas en situaciones similares, lo que disminuye su aislamiento. A menudo, los vínculos creados en la Escuela de Cuidadores se extienden más allá de los talleres, generando una comprensión mutua que a veces supera la que se tiene con personas cercanas.
Aprender a acompañar hasta el final
Acompañar a una persona con enfermedad avanzada implica una conexión profunda con la propia vulnerabilidad y el sufrimiento. Esto lleva a muchas personas a evitar pensar en el final de la vida, lo que se refleja en que solo un pequeño porcentaje de la población en Cataluña ha registrado un testamento vital.
En la Escuela de Cuidadores, los participantes reciben asesoramiento y formación para sostener y apoyar a las personas enfermas, ayudándolas en la toma de decisiones y en la expresión de sus emociones. También se ofrece orientación a los familiares sobre el proceso de duelo y se fomenta su expresión emocional.
Desde su inicio en 2018, la Escuela ha tenido una respuesta muy positiva: más del 90 % de los participantes recomendarían los talleres y un 95 % se siente más capacitado para brindar cuidados.