Orilla

22 Jul 2024 por Javier Polo

Abusamos mucho de algunos términos hasta el punto de que hemos difuminado el valor de algunas palabras. Si yo digo que la exposición “Orilla” – con la obra de René Francisco y textos de Leonardo Padura, que se ha inaugurado en Trigueros hace unos días- es imprescindible, automáticamente pensarán ustedes que estoy interesado en promocionarla por tener algo que ver en ella; nada más alejado de la realidad. Esta exposición es imprescindible por su temática y por el momento en el que se desarrolla.

El pintor cubano René Francisco ha trabajado durante seis años en una serie de dibujos, vídeos y pinturas, sobrecogido por las muertes de migrantes que se lanzan al mar en su búsqueda por alcanzar un justo cambio de vida. A este trabajo, Leonardo Padura el escritor, también cubano, premio Princesa de Asturias de las letras; le ha puesto las palabras.

Como en esas habaneras, que no dejan de ser cantes de ida y vuelta, esta exposición habla de migrantes lanzados al mar esperanzados en poder alcanzar la otra orilla donde vivir una vida más justa. Empieza en los trayectos entre Cuba y la Florida en esas periódicas crisis de balseros y continúa en el Mediterráneo, ese mar convertido en cementerio -en la mayor fosa común del planeta- donde ciudadanos africanos se lanzan para alcanzar cualquier costa de la ansiada Europa.

No hay cubano que no lleve en su árbol genealógico sangre africana y hoy la historia macabramente los vuelve a unir en la esperanza de una vida mejor y en la tragedia de las migraciones, que a la postre son las dos caras de la misma moneda.

En este momento político que nos toca vivir en Europa, y en Estados Unidos, esta exposición es más pertinente y necesaria que nunca. Vivimos en una burbuja pensando que la vida es lo nuestro y que las trágicas muertes de estas personas son fruto de unas desafortunadas decisiones personales de las que no nos podemos hacer responsables. Nunca se nos ocurrió bajar del paralelo 36 (el 28 en Florida) ¿qué se nos ha perdido allí?

Nadie se va del sitio en que es feliz. Con esta frase, Leonardo Padura resume esta tragedia que se recuerda aquí y que tan presente está en la vida de ellos. Según el organismo oficial de estadística de Cuba (ONEI) el pasado 31 de diciembre se contabilizaban 1.249.733 cubanos que residían fuera de Cuba (en torno al 12% de sus ciudadanos) y el crecimiento de población es negativo (mueren más personas de las que nacen). Hoy nacen menos cubanos en la isla que antes de 1959, con la diferencia que en ese año eran algo más de seis millones de habitantes y hoy se mueven en torno a los diez millones.

Más allá de la exposición, el acto de inauguración me dio la oportunidad de seguir conversando con ambos, y con otros amigos cubanos asistentes al acto, sobre esta tragedia, sobre la incierta geopolítica que nos envuelve y sobre una Cuba que colapsa. Una luna casi llena custodiaba esta conversación en la preciosa terraza del Centro Cultural Harina de otro Costal (el lugar donde estará esta exposición hasta finales de agosto). Una conversación desesperanzada, pesimista, desilusionada pero que contrasta con una invitación a seguir luchando, a volver a recorrer las calles de La Habana y al inminente viaje de regreso al hogar de los comprometidos artistas.

Acabo como empecé, la exposición Orilla, en Trigueros hasta finales de agosto, es necesaria y pertinente. En una palabra: imprescindible.

 

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