El sector agrícola francés se funde con las ideas de la extrema derecha

21 Jun 2024 por Francisco Villanueva

El sector agrícola francés se ha aliado a la extrema derecha y se impusieron en las elecciones europeas. Los partidos ecologistas tuvieron una significativa pérdida de votos y cae el apoyo a la Agenda 2030. Conclusión; el sector agropecuario vienen ganando poder.
La extrema derecha expresada por la Reunión del Pueblo Francés liderada por Marine Le Pen se impuso en los comicios europeos de Francia con 33 por ciento de los sufragios, más del doble de los que obtuvo el partido del presidente Emmanuel Macron (14.5 por ciento), y el Partido Socialista quedó segundo con el 16%…Macron se vio obligado a disolver la Asamblea Nacional y a convocar a elecciones adelantadas que tendrán lugar el 30 de junio, con la segunda vuelta el 7 de julio, en la que lo previsible es una nueva victoria de Le Pen y su partido.
Hay que agregar que el agro francés, hoy en virtual revuelta, respaldó prácticamente en forma unánime a la extrema derecha de Marine Le Pen. Algo similar sucedió en Alemania, donde se impuso la oposición conservadora democristiana y su aliada bávara (CDU / CDS) con 30 por ciento del total de votos, acompañada en segundo lugar por la extrema derecha Alternativa para Alemania que, sumados, representan los intereses y las aspiraciones del agro alemán.
Alternativa para Alemania se impuso en los seis estados que integraron la antigua República Democrática Alemana (RDA), creada por la Unión Soviética. Esta organización obtuvo más votos que los tres partidos de la coalición gobernante (socialdemócrata, liberales, verdes) sumados. Y los menos votados del actual gobierno fueron los verdes, el partido ecologista, que obtuvo solo 8 por ciento del total de los sufragios. Los verdes prácticamente han desaparecido del escenario europeo y hay consenso de que la razón de fondo de su extinción es que no tienen nada que decir de significado para la sociedad europea de hoy.
Lo notable es que esta fuerza es la autora de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, constituido por las exigencias ecológicas para toda la región europea, que es la fuente de una densa trama de regulaciones extraordinariamente complejas y costosas destinadas a evitar la emisión de dióxido de carbono, y que tiene como el centro de sus preocupaciones a la producción agroalimentaria, considerada una de las causas principales del cambio climático o calentamiento de la atmósfera. Hay que señalar por ultimo que la agenda 2030 es el fundamento y el punto de partida para conseguir el principal objetivo de la Unión Europea que es la eliminación completa del CO2 para el 2050.
De más esta decir que la extinción de los verdes como fuerza política acarrea inexorablemente la desaparición de todo respaldo efectivo para la Agenda 2030 que, además, encuentra en la extrema derecha a su principal adversaria, como canalización política del rechazo visceral de los agricultores europeos y sus decenas de miles de tractores movilizados.
El presidente Emmanuel Macron también es otro de los grandes derrotados como expresión de la Agenda 2030, lo que afecta claramente su condición de mayor adversario del acuerdo Mercosur / Unión Europea, al que consideró hace solo dos meses definitivamente terminado debido a que no incorporaba de manera suficiente las grandes exigencias de la agenda climática. Y esto se lo dijo expresamente al presidente Lula da Silva en Rio de Janeiro: que el acuerdo Mercosur / Unión Europea era un completo anacronismo, a pesar de los veinte años que llevó de negociaciones.
El poder de los agricultores europeos, aliados o mejor expresados por la extrema derecha, es hoy enorme en Europa. Cuentan con el respaldo de la opinión pública y su adversario principal e histórico, que es la izquierda verde o ecológica, ha experimentado una derrota abrumadora que la lleva a la desaparición, que es el precio de la irrelevancia. Sin embargo el socialismo resiste de una manera formidable a nivel europeo con España e Italia en cabeza y un grupo de eurodiputados enorme de 140 que pisa los talones a los conservadores con 180.
Lo que ocurre es que el agro europeo, especialmente el francés, se encuentra hoy solo frente a sus propias limitaciones, convertido en un sistema de producción absolutamente regulado y subsidiado, con una inexistente capacidad de innovación, lo que le impide competir ante todo frente a los grandes productores agroalimentarios de América del Sur, de superior productividad y reconocida actitud para la innovación.
El éxito de la extrema derecha en Francia tiene más importancia política que los resultados de los comicios para la elección de un nuevo Parlamento Europeo, porque asegura cual será la dirección, esto es, el rumbo, el sentido de la Unión Europea en su conjunto en los próximos años.
Lo que viene es un camino de creciente irrelevancia del continente europeo en el sistema mundial, en el momento en que este está en manos de dos grandes superpotencias continentales que son Estados Unidos y China, y cuando el eje del mercado mundial de alimentos está en Asia, sobre todo en China e India.
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