El ciclo alcista bursátil mundial crece con la inteligencia artificial

14 Jun 2024 por Francisco Villanueva

La inteligencia artificial, detrás del actual boom bursátil y lo que comenzó como un rally de activos high tech en Estados Unidos se amplió a Europa y Japón, en una muestra de que la IA es la tecnología de la época.
El Índice de los mercados bursátiles mundiales MSCI subió 7,7% en el primer trimestre del año, arrastrado por S&P500 de Wall Street que superó en 22 ocasiones su propio récord en el período enero/marzo; y dentro de ellos, Nvidia, la empresa que canaliza el actual boom de la Inteligencia Artificial (IA), aumentó su valor en más de un billón de dólares en los primeros tres meses del año, la quinta parte del total de las ganancias de las bolsas globales.
Lo que lo que comenzó como un boom de los activos high tech de EE.UU. se ha ampliado a escala global a medida que transcurría el primer trimestre, a Europa y Japón en primer lugar, y abarca ahora a toda clase de acciones y de empresas del capitalismo avanzado, en una muestra de que la Inteligencia Artificial es la tecnología de la época.
El caso de Nvidia es más que sorprendente: en un solo día de enero aumentó en más de 277.000 millones su capitalización; y a este ritmo se transformaría en la compañía más valiosa del sistema global, por encima de Amazon, Apple y Microsoft en el segundo trimestre de 2024.
El cálculo de Wall Street es que de acuerdo a los antecedentes de la década del 50 y el 80, el boom actual de la Inteligencia Artificial podría durar 20 años o más, extendiéndose hasta 2033. Detrás de este fenómeno hay una extraordinaria demanda de chips y servidores de la IA en todas partes al mismo tiempo, lo que indica que esta tecnología es el principal instrumento de la 4ª revolución industrial, que es la digitalización completa del sistema global y que caracteriza hoy al capitalismo del siglo XXI.
Una de las principales consultoras de Wall Street (ARK Invest) señaló que la irrupción masiva de la IA puede aumentar el producto global en 40 billones de dólares en los próximos 10 años, lo que implica que se va a transformar cada sector, y cada uno de los negocios del sistema internacional, catalizándose cada una de las plataformas de innovación al mismo ritmo, propio de un auténtico frenesí, lo que superaría incluso a la electricidad o Internet.
Estas perspectivas excepcionales responden a un fenómeno estructural, que se está desarrollando en el momento actual. El caso de Nvidia es verdaderamente aleccionador: se necesitarían 4.500 años de sus futuros dividendos para alcanzar a los actuales precios de sus activos. Esto hace que como todos los booms de la historia del capitalismo desde el descubrimiento del oro en California, el precio de los tulipanes en Holanda hasta la explosión de las “.com” en 2000, se caractericen por una incertidumbre extraordinaria debido a que se provoca al mismo tiempo una quiebra generalizada del statu quo en todas partes.
La lógica del boom bursátil provocado por la IA es la siguiente: Ha surgido un nuevo paradigma productivo, que es la principal tecnología de carácter general de la actual fase de desarrollo capitalista, la 4ª revolución industrial. Schumpeter advirtió que la acumulación del capitalismo es un proceso sucesivo de grandes revoluciones industriales, que culminan para su financiamiento en gigantescos booms bursátiles; los cuales se despliegan en etapas de gran turbulencia e incertidumbre; y todo esto ocurre en un clima de euforia tecnológica, caracterizada por Alan Greenspan de “exuberancia irracional”. También por necesidad, estas etapas son de un enorme cambio cultural porque hay que adaptar al nuevo paradigma técnico-económico todas las prácticas sociales, políticas, y gerenciales; y esto es parte de un proceso de fenomenal crecimiento económico, que implica el surgimiento de nuevas industrias y la rejuvenización total de las antiguas actividades, con la eliminación extremadamente dolorosa de generaciones de consultores, técnicos y un sinnúmero de redes gerenciales. Es lo que está ocurriendo ahora: hay una revolución capitalista en marcha, que por supuesto encabeza EE.UU., la potencia que lleva al mundo el milagro de la técnica y la innovación, y donde por eso el futuro del mundo llega primero. Esto coincide con un año decisivo en la historia norteamericana, en la que está en juego la sucesión presidencial en las elecciones del próximo 5 de noviembre.
El esplendor de la economía estadounidense, con su extraordinaria capacidad de creación de puestos de trabajo y su iniciativa inigualable de innovación y creatividad, coincide paradójicamente con un período de extraordinario debilitamiento geopolítico a escala mundial, centrado en la extrema polarización y el notorio y creciente vacío de poder en Washington, encarnado fundamentalmente en el presidente Joe Biden, que es uno de los mandatarios más débiles de la historia dos veces centenaria del país.
Esto es lo que torna extremadamente peligrosa la situación mundial, sobre todo en la relación con la otra superpotencia de la época, que es la República Popular, lo que acrecienta todavía más la incertidumbre estructural de esta parte de la historia del mundo. Boom de la Inteligencia Artificial y debilitamiento norteamericano es el binomio potencialmente explosivo del siglo XXI.
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