Los agricultores europeos se rebelan impotentes ante la libre competencia de la globalización
La rebelión agrícola de agricultores no entiende nada de la globalización y torna imposible el acuerdo Mercosur con la Unión Europea y la entrada de los productos chinos a Europa.
Hay una revuelta de los productores agroalimentarios europeos en todo el continente, que se presenta tanto en Polonia como en Alemania o Irlanda, pero que tiene su epicentro en el principal país agrícola de la región, que es Francia, que recibe ella sola más de 40% del total de los subsidios de la Política Agrícola Común (PAC), que es el acuerdo surgido en la década del 60’ que transformó a Europa en el núcleo del proteccionismo agrícola mundial. Los niveles de control y protección a los agricultores en la Unión Europea es elevadísimo y lógicamente toca a su fin en un mundo globalizado.
La Unión Europea (UE) encabezada por Alemania, se encuentra sumergida en una honda situación recesiva (con la excepción de cuatro países encabezados por España que crecen a ritmo cercano al 3%) en que la República Federal experimentó una contracción de -0.5% el año pasado, lo que representa el peor resultado entre las grandes economías globales. A su vez, el continente europeo ha ingresado en la etapa más aguda del enfrentamiento con el calentamiento de la atmósfera o “cambio climático”, lo que significa una multiplicación de las regulaciones y prohibiciones establecidas por el Gobierno de Bruselas, sobre todo respecto a la producción agroalimentaria, a la que estima responsable del 34% del total de las emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) de la región, poblada por 540 millones de personas.
Los agricultores franceses son tradicionalmente los más combativos del espacio europeo, y han cortado ahora más de 600 kms de rutas nacionales, y con sus miles de tractores han cerrado los accesos a París. Ante todo rechazan la importación de productos agroalimentarios fuera de Europa, en obvia referencia a la producción varias veces más competitivas del Mercosur. Lo que implica ante todo Brasil y la Argentina.
También rechazan la producción de Marruecos, así como cualquier intento de aumentar las importaciones de productos ucranianos. Y qué hablar de los productos chinos que han invadido estas navidades las mesas que millones de europeos: en España más del 50% del langostino consumido ha sido chino, y el 40% de Venezuela, Ecuador y Colombia…brutal.
Por eso en Francia el primer Ministro Gabriel Attel, recientemente designado por el Presidente Emmanuel Macron, ha ratificado el rechazo absoluto de Francia al acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Lo que esto implica es que Francia actúa sobre la premisa de que es imposible competir con la producción agroalimentaria de América del Sur por su superior productividad.
La rebelión de los productores europeos torna prácticamente imposible la aprobación del tratado Mercosur con Unión Europea por el Parlamento de Estrasburgo; y en este sentido es que el Presidente Emmanuel Macron actúa sobre seguro al rechazar el tratado UE / Mercosur.
La semana pasada, más de 70.000 productores franceses con decenas de miles de tractores cortaron los accesos a París y advirtieron que van a intentar ocupar la capital con sus instrumentos de trabajo. Mostraron un grado de exasperación peligrosamente cercano a la violencia, para la que se prepara la aguerrida gendarmería francesa con enorme experiencia en este tipo de choques con el mundo agrícola.
El dato político central a tomar en cuenta es que los agricultores franceses cuentan con un respaldo abrumador de la opinión pública, que alcanza a 89% del total. De ahí que el Premier Gabriel Attel señala en forma inequívoca que “la agricultura está por encima de todo, y que sin ella Francia no lo es realmente, y ni siquiera es un país”.
Es evidente que la Comisión Europea, que inicialmente respaldó el acuerdo con el Mercosur, ha retrocedido y ahora lo rechaza por considerarlo “inoportuno” . Claramente esto es una forma de señalar que no va a haber acuerdo Mercosur / UE.
El próximo 9 de Junio hay elecciones para elegir el Parlamento Europeo; y el tema central de esos comicios es uno solo y fundamental, que es la cuestión agrícola. Y esto sucede cuando la extrema derecha europea, encabezada por “Alternativa para Alemania”, amenaza desalojar al tradicional centro derecha del Partido Popular que controla el Parlamento de Estrasburgo; y el tema fundamental de la extrema derecha en estos comicios trascendentales europeos es que el gobierno de Bruselas –la Comisión Europea- es el mayor enemigo del mundo agrícola como lo muestra su respaldo al acuerdo Mercosur – Unión Europea entre otros. Esta es la situación europea en lo que hace a la relación con el Mercosur y su superior productividad agrícola.
Ha llegado el momento en suma de que los países del Mercosur discutan una opción estratégica al fallido intento del acuerdo con la Unión Europea; y esto implica la necesidad de examinar en forma urgente la posibilidad de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la República Popular China, que es el mayor Mercado agroalimentario del mundo y la segunda economía del sistema global. Los agricultores europeos no tienen nada que hacer ante el presente globalizado del mundo moderno, solo quedan las famosas subvenciones y “paguitas” que tradicionalmente reciben de los gobiernos de la UE.