Cerca del 60% de grandes empresas españolas aumentan sus emisiones de CO2 pese al cambio climático, según Oxfam Intermón
Casi el 60% de las grandes empresas españolas han incrementado sus emisiones totales de dióxido de carbono pese a la emergencia climática actual, según denuncia el informe ‘Esfuerzo Ambiental de las Grandes Empresas Españolas’, realizado por Oxfam Intermón que calcula que, a este ritmo no alcanzarán su descarbonización completa hasta el año 2090.
La ONG ha analizado los datos procedentes de 50 grandes empresas españolas, una muestra compuesta a partir de las compañías incluidas en el Ibex 35, que descarta a las de menor tamaño y que incluye a otras por volumen de ventas, tanto cotizadas como no cotizadas en Bolsa.
El trabajo analiza dos indicadores: las emisiones generadas por la actividad de las empresas y la alineación de sus operaciones con la adaptación y mitigación del cambio climático.
En este sentido, el responsable de desigualdad y sector privado de Oxfam Intermón, Miguel Alba, considera que en esta crisis climática «sin precedentes» los esfuerzos de las empresas españolas como «muy insuficientes» en materia de descarbonización y lucha contra el cambio climático. «El panorama general plantea interrogantes sobre el compromiso climático de muchas ellas», precisa Alba.
De este modo, el informe señala que las empresas analizadas lograrían la descarbonización total dentro de 67 años, en 2090. En este contexto, las empresas analizadas han reducido en un 4% sus emisiones totales en el último año, aunque «con notables disparidades».
Ello se observa en las diferencias entre petroleras, que lideran la bajada de emisiones directas con una disminución del 15%, mientras que las compañías de electricidad y gas han registrado un aumento del 8,7%.
En materia de lucha contra el cambio climático, un 12% total del negocio de estas empresas tiene un impacto sustancial en la mitigación y adaptación a la crisis del clima, mientras que una de cada cuatro grandes empresas realiza un «esfuerzo significativo» por enfocar su actividad a la emergencia climática, destinando un tercio de su inversión.
Por otra parte, el 53% de ellas no ha implantado medidas significativas en sus modelos de negocio para paliar el cambio climático.
En este contexto, Alba ha recordado que la crisis climática es una realidad que tiene efectos «más devastadores» sobre las personas y países más pobres.
«Quienes menos contribuyen al cambio climático son quienes más están sufriendo sus efectos en forma de inundaciones, sequías o huracanes, cuyos efectos generan pobreza y desigualdad en las comunidades más desfavorecidas. También en España», ha concluido.
Con todo ello, Oxfam Intermón ha instado a las empresas a avanzar en el esfuerzo climático a través de reducir sus emisiones por actividad propia, consumo de energía y cadena de valor así como a la elaboración y publicación de una estrategia climática de reducción de emisiones y a la vinculación de los salarios de los altos ejecutivos al esfuerzo climático y de descarbonización.
Además, el trabajo considera que el Gobierno es «necesario» en la ejecución de medidas, a través del apoyo a una directiva europea sobre diligencia debida de las empresas en sostenibilidad, con obligaciones a grandes empresas e inversores para reducir sus emisiones de carbono o adoptar planes con plazos determinados par la implementación de metas climáticas.
Recomendaciones a empresas y Gobierno
La ONG insiste en que cada vez es más urgente que las grandes empresas reduzcan efectivamente sus emisiones y abandonen un modelo empresarial que causa «graves impactos en el planeta y que arrastra graves costes sociales».
Entre sus conclusiones, el informe recomienda a las empresas que reduzcan sus emisiones en sus tres alcances y que trabajen para disminuirlas tanto en la energía que consumen como estableciendo un diálogo con los actores de la cadena de valor para que avancen en la descarbonización.
Además, aconseja a las empresas que elaboren y publiquen una estrategia climática de reducción de emisiones con hitos intermedios y un plan de inversión para la descarbonización.
De acuerdo con los criterios establecidos en la taxonomía ambiental europea, señala que las empresas deben avanzar en adaptación y mitigación del cambio climático en sus actividades, en base a una estrategia estructurada y acompañada de un plan de inversiones.
Igualmente, aconseja vincular la remuneración de los altos ejecutivos de grandes empresas al logro de objetivos de esfuerzo climático y descarbonización.
Entre las recomendaciones al Gobierno de cara a esta legislatura, le pide que apoye una directiva europea sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad fuerte y con visión de futuro, que obligue a las grandes empresas europeas a desarrollar y aplicar planes de transición para que el sector empresarial no se limite a planificar, sino que contribuya de forma significativa a minimizar sus emisiones.
En ese sentido, cree que el Gobierno debe exigir a las grandes empresas y a los inversores que reduzcan radicalmente sus emisiones de carbono, con medidas como garantizar una mayor transparencia sobre sus niveles de emisiones, obligando a las empresas a que proporcionen divulgación completa de sus emisiones en todas sus operaciones y cadena de suministro con una verificación independiente.
Igualmente, recomienda al Ejecutivo que exija a las grandes empresas que establezcan objetivos ambiciosos y concretos, basados en la ciencia, con una hoja de ruta claramente definida según todos los alcances del acuerdo de París.
Otras de las recomendaciones instan a adoptar planes con plazos determinados para implementar objetivos y alinear los inversiones y modelos de negocio con objetivos climáticos basados en la ciencia y establecer estructuras de gobernanza y remuneración con objetivos
de acción climática y sostenibilidad ambiental, y romper con ello con la
priorización cortoplacista de retribuir a accionistas que apoyan la inacción climática.
Para Oxfam Intermon el Gobierno ha de promover una normativa con criterios claros que permitan evidencia qué criterios de elegibilidad en la taxonomía europea no se están cumpliendo en la actividad real sostenible de las empresas españolas.