Arctic Monkeys provoca una ola de euforia en Madrid con un directo impecable
Acostumbrados a conquistar los escenarios que pisan, los británicos Arctic Monkeys han ofrecido en la primera de sus dos noches en Madrid un concierto impecable y repleto de sus célebres himnos indie rock que marcaron a la generación millenial más cercana al género, lo que explica la entrega del público eufórico que los ha arropado en el WiZink Center.
Un antiguo Palacio de los Deportes en ‘sold out’ no ha parado de vibrar desde que los de Sheffield han arrancado el espectáculo puntuales, sobre las 21.00 horas de este lunes, 10 de julio, ya recuperados de su paso por el Bilbao BBK Live Festival el sábado, del que fueron protagonistas.
Enfervorecidos, los presentes han recibido desatados a la banda liderada por Alex Turner. La espera, especialmente de los más fanáticos que han hecho cola durante la jornada en un Madrid en alerta naranja por temperaturas que rondaban los 40 grados, ha válido entonces la pena.
Turner, Jamie Cook (guitarra), Matt Helders (batería) y Nick O’Malley (bajista) han comenzado con ‘Sculptures of anything goes’, un tema de su último álbum, ‘The car’ (2022), del que han tocado en la cita otras canciones como ‘I ain’t quite where I think I am’ o ‘There’d better be a mirrorball’, que, si bien no han sido igual de acogidas que otras piezas, han demostrado que los británicos saben evolucionar y mantenerse, aunque nada pueda compararse a hace una década.
Los amigos, con experiencia en eso de mover masas desde que se dieron a conocer con su primer disco en 2006 con su disco debut ‘Whatever people say I am, that’s what I’m not’, han apostado ya desde la segunda pieza de la velada por un repertorio efectista en el que se han sucedido, entre otros, temas que lanzaron de 2008 a 2013.
Así ha sonado ‘Brianstorm’, que desde sus primeras notas ha hecho temblar el coliseo madrileño que en incontables ocasiones se ha rendido a la destreza de los músicos y, especialmente, al carisma de Turner. El ídolo y rompecorazones se ha presentado, como no podía ser de otra forma, con gafas de sol — al menos en las primeras piezas–, americana negra y camisa blanca.
Tampoco ha faltado su tupé intocable, que ha acariciado entre meneo y meneo sobre un escenario que ha tomado ya con madurez y elegancia, reivindicando su categoría de estrella de rock. Poco queda ya en el artista de 37 años de aquel chaval que con 19 saltó a la fama con sus amigos.
Efectividad en la nostalgia
Es imposible rebobinar el tiempo, pero en los conciertos se puede navegar y disfrutar en la nostalgia, y eso se ha hecho patente en la cita de los Arctic Monkeys, especialmente con colosos de su catálogo como ‘Crying lightning’, ‘Cornerstone’ o ‘The view from the afternoon’, que la banda ha interpretado antes de llegar a la hora de un espectáculo en el que hasta un «thank you, muchas gracias» o un «Madrid» de Turner han levantado una ovación.
‘Why’d you only call me when you’re high?’ o ya tan solo la intro de ‘Arabella’ han desatado también la locura de un público que entre risas, lágrimas, abrazos y cervezas volando ha coreado estas y otras canciones del álbum ‘AM’, con el que los británicos alcanzaron en 2013 el pico comercial de su carrera. Se puede vivir del pasado.
Tras la inolvidable ‘Fluorescent adolescent’ que, como se esperaba, ha marcado uno de los momentos más enérgicos de la noche, ha llegado ‘Do I wanna know?’, el himno por excelencia que los ‘monos’ han parecido disfrutar casi tanto como el respetable.
La banda no solo ha provocado una ola de euforia con su presencia y composiciones, también con la tremenda habilidad de cada uno de sus músicos y la soltura de un Turner a la guitarra que ha brillado en el final instrumental de la bastante nueva ‘Body paint’, que ha dado paso a un corte del espectáculo que ha generado demandas de más por parte de los asistentes.
Han vuelto a subir al escenario los ídolos para la recta final con una de los inicios como ‘I bet you look good on the dancefloor’, acabando con un monumento en sus creaciones como ‘R U Mine?’, que han interpretado con aires de majestuosidad. Con agradecimiento, Turner y compañía se han despedido de los presentes en el WiZink Center entre aplausos. Sonrisas y éxtasis en el público y visible satisfacción en la banda.
Este martes, 11 de julio, los de Sheffield volverán a tocar en el coliseo madrileño con casi todo vendido, para probablemente volver a encandilar a otros miles con su chulería, himnos e impecable directo.