Feijóo se abraza a la barbarie

20 Jun 2023 por Rafael Simancas

No es un exceso retórico. Vox es la barbarie. Porque Vox retrotrae la historia de España medio siglo atrás. La ultraderecha representa un grave retroceso en el proceso civilizatorio que experimenta España desde la Transición Democrática.

Meter a Vox en los gobiernos, como hace Feijóo, quiebra los grandes consensos sobre los que se asienta la democracia española y la propia convivencia. Tras 45 años de vigencia de la Constitución de 1978, los gobiernos autonómicos y municipales ultraderechistas amenazan restringir los espacios de libertad, igualdad y justicia social que hemos conquistado con esfuerzo y sacrificio en este tiempo.

La ultraderecha, aquí y en el resto del mundo, constituye una amenaza para la vigencia misma de los derechos humanos. Esto es lo que Feijóo ha metido en los gobiernos municipales y autonómicos, y es lo que pretende meter en el Gobierno de España tras el 23 de julio.

Venía de moderado. Así engañó a muchos liberales exvotantes de Ciudadanos. Sin embargo, Feijóo ha hecho lo que no hicieron Fraga, Aznar o Casado. Cierra así el círculo histórico de la derecha española. Alianza Popular fue fundada por ministros franquistas, y el líder del Partido Popular devuelve ahora el franquismo al poder.

Pero más allá de las consideraciones históricas, la alianza de Feijóo con la ultraderecha española amenaza gravemente los derechos y el bienestar de las familias de las clases medias y trabajadoras en nuestro país.

Pueden citarse, al menos, una docena de amenazas perfectamente constatables, a la luz de sus declaraciones, propuestas y hechos.

  1. Mujeres más inseguras y con menos derechos, porque Vox niega la violencia de género y pretende derogar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.
  2. Más contaminación y enfermedades por el deterioro ambiental, porque Vox niega el cambio climático y desprecia las políticas ecológicas.
  3. Privatizaciones en las pensiones, la sanidad y la educación, porque Vox no cree en los servicios públicos del área social.
  4. Regalos fiscales a los más ricos, porque Vox pretende abolir los impuestos a las grandes fortunas, de patrimonio y de sucesiones.
  5. Conflictos territoriales, porque Vox quiere acabar con las Comunidades Autónomas y la descentralización que forma parte del Pacto Constitucional.
  6. Deterioro de la convivencia, porque Vox es una formación xenófoba y racista que busca culpabilizar falsamente a los inmigrantes y menas de cualquier problema social.
  7. Retroceso democrático, porque Vox ya ha anunciado que busca ilegalizar los partidos políticos que considera contrarios a sus particulares estándares de buenos españoles.
  8. Retroceso en los derechos de los trabajadores, porque Vox debilita a los sindicatos y pretende derogar la reforma laboral del Gobierno progresista.
  9. Atraso científico, porque Vox desprecia la ciencia y da crédito a las falsas teorías conspiranoicas, como el movimiento anti-vacunas.
  10. Atraso educativo, porque Vox pretende que los padres veten los contenidos educativos que no les gustan para sus hijos, y su ideal cultural se basa en toros y folclore.
  11. Vuelta a la confesionalidad del Estado, porque Vox pretende elevar a ley las doctrinas religiosas restrictivas de derechos, como el fin de la eutanasia y los matrimonios igualitarios.
  12. Franquismo revivido, porque Vox quiere derogar la Ley de Memoria que condena a los verdugos franquistas y dignifica a sus víctimas, y porque señala como anti-España a cuantos no comulgan con su propia acepción de la patria.

Otra amenaza más, incluso, en clave internacional, porque la presencia de Vox en el poder del Estado sitúa a España en línea con esos países que debilitan la construcción europea, como Polonia y Hungría, y con esas corrientes neopopulistas y antidemocráticas que representan Trump, Bolsonaro y compañía. ¿Esas son las referencias internacionales que queremos para nuestro país?

No es que el PP de Feijóo busque pactos con la ultraderecha de cara al poder. Es que el PP de Feijóo se ha convertido en una opción indistinguible de la ultraderecha, y su acceso al poder supone una amenaza para los derechos, para la democracia y para la convivencia de los españoles y las españolas.

Ahora que han logrado buena parte del poder municipal y autonómico, solo una sólida mayoría progresista en las Cortes Generales y un Gobierno fuerte de Pedro Sánchez pueden pararles.

 

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