Nueva Zelanda entra en recesión técnica debido a los ciclones y a las huelgas
El producto interior bruto (PIB) de Nueva Zelanda registró una contracción del 0,1% en el primer trimestre de 2023 en comparación con los tres meses anteriores, cuando la economía oceánica ya había retrocedido un 0,7%, encadenando así dos trimestres consecutivos de decrecimiento, lo que implica una recesión técnica.
Según ha subrayado este jueves el servicio estadístico neozelandés, los datos del primer trimestre de 2023 incluyeron los impactos iniciales de los ciclones Hale y Gabrielle así como de las huelgas de maestros.
«Los fenómenos meteorológicos adversos causados por los ciclones contribuyeron a la caída de los servicios de apoyo a la horticultura y el transporte, así como a la interrupción de los servicios educativos», indicó el gerente general de información económica y ambiental, Jason Attewell, añadiendo que menos días de enseñanza provocaron caídas en los servicios de educación primaria y secundaria.
Por otro lado, explicó que en el primer trimestre se registró una bajada del gasto del 0,2%, impulsada por la disminución de los inventarios de las empresas y la caída de las exportaciones de servicios, mientras que el incremento del 2,4% del gasto de consumo de los hogares y el alza del 2% en la inversión en activos fijos compensaron parcialmente estas caídas.
En concreto, entre enero y marzo, el crecimiento del consumo de los hogares estuvo liderado por un mayor gasto de los neozelandeses en viajes internacionales, mientras que, por el contrario, los hogares gastaron menos en bienes, particularmente en alimentos.
La entrada en recesión técnica del país se confirma después de que el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda elevase el tipo de interés de referencia hasta el 5,50%, su mayor nivel desde finales de 2008, aunque la entidad sugirió que tras doce subidas consecutivas del precio del dinero ponía punto final al actual ciclo de subidas de tipos, que ha aumentado la tasa en 525 puntos básicos desde octubre de 2021.