Un equipo de investigadores de la Universidad de Múnich, la Colección Estatal de Zoología de Baviera y la Hochschule München han descubierto un gecko con franjas neón que brillan en la oscuridad. Nunca antes en la historia de la biología se había catalogado un animal vertebrado cuya piel emitiese una luz verde en la oscuridad.
Se tarta de gecko de arena de Namib es un animal que vive en los lechos de los ríos secos y en las dunas del desierto de Namib. Mide unos 10-15 centímetros de largo y utiliza sus grandes patas palmeadas para excavar en la fina arena del desierto. Suelen ser animales nocturnos de piel translúcida con grandes marcas amarillentas en los costados y anillos alrededor de los ojos. Pero lo que se desconocía hasta fecha era que todas esas marcas se iluminan increíblemente cuando absorben la luz más azul de la Luna.
La fluorescencia inherente a este gecko de Namibia se produce cuando el animal entra en contacto con la luz que la Luna refleja del Sol. Es capaz de absorberla, para luego emitir una longitud de onda más larga a partir de secreciones químicas en su piel. Un pigmento específico sobre ésta, llena de cristales de guanina, es el que les permite brillar de esta manera.
Lo más curioso de estos geckos es que la fluorescencia no se encuentra en su piel, sino en sus huesos. Pue esta es tan fina y transparente que permite que fluorescencia de sus huesos pueda ver a través de ella bajo una luz ultravioleta.