El Gobierno peruano pretende crear desde cero una zona residencial en un área desértica al norte de Lima, la capital del país. Desde el pasado mes de septiembre se anunció que se invertirán 3.000 millones de dólares para su construcción, que se rescatarán de fondos públicos, privados y de organismos de cooperación.
ZONAS NO HABITABLES
Este colosal proyecto lleva el nombre de “Ciudad Bicentenario”, ya que en el próximo año 2021 se cumplen 200 años de la independencia del país andino. Aparte de esta celebración, su construcción también tiene un objetivo práctico: acabar con el desarrollo urbanístico descontrolado que afecta, en gran medida, a la capital y que ha causado varias muertes de personas que vivían en viviendas situadas en zonas inadecuadas.
El crecimiento caótico y desordenado de la ciudad de Lima es uno de sus grandes problemas.
Uno de los peores desastres fue en 2017, cuando El Niño costero, un fenómeno que se caracteriza por el calentamiento atípico del mar en las costas del país, provocó fuertes lluvias e inundaciones que afectó a varias localidades y se cobró la vida de un centenar de personas.
La razón es que el exponencial crecimiento de Lima se debe a la urbanización en zonas prohibidas, como los ríos secos, que se inundan con gran facilidad y que afectan continuamente a las personas que viven en este tipo de zonas.
PROYECTO SOSTENIBLE
Según las el Gobierno peruano, esta nueva ciudad será cuatro veces más grande que la zona de Los Olivos, uno de los distritos más conocidos de Lima.
Estará situada en el distrito de Ancón, un área cercana a la capital que, además, se encuentra próxima a un puerto, lo que permitiría la descongestión del tráfico que se produce en Callao.
Asimismo, el Ministerio de Ambiente de Perú promete que esta nueva urbe constituirá un modelo precursor de gestiones saludables en el país. La ministra de este área, Kirla Echegaray, ha señalado que el proyecto incorporará “dinámicas productivas y logísticas bajo un modelo sostenible que haga frente a los retos del cambio climático”.
El espacio que abarcará “Ciudad Bicentenario” será de más de 8.000 hectáreas y estará pensado para que habiten 150.000 personas.
Gabriel Quijandría, el viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio de Ambiente, ha comparado este plan urbanístico con otros proyectos ambiciosos llevados a cabo en Dubái o en Arabia Saudí, aunque también ha establecido diferencias. “Los proyectos de los Emiratos son una creación en la nada de algo bastante artificial. Aquí la idea es que la ciudad esté integrada con el paisaje, cosa que no ha ocurrido en Lima, donde se ha invadido el paisaje en zonas muy inadecuadas“, como ha señalado en El Litoral.
Sin embargo, hay una piedra en el zapato que muchos expertos se han adelantado a señalar que es la que podría tumbar el plan: el mal manejo de los recursos públicos del gobierno central. Además, para poder impulsar un proyecto de estas dimensiones será necesaria la coordinación de las diferentes instituciones, que deberá permanecer durante el tiempo de su construcción a pesar de los cambios de gobierno.