¿Qué es la planificación fiscal?

La planificación fiscal es un concepto bastante desconocido. Normalmente asociamos el término planificación con nuestros ingresos, nuestro ahorro o incluso nuestro patrimonio, pero muy pocas veces con los tributos.

Es muy habitual prever cuánto vamos a ganar y cuánto vamos a gastar para ajustar nuestra economía familiar y anticiparnos a posibles problemas. Sin embargo, rara vez tenemos en cuenta cómo pueden influir los impuestos en las decisiones que tomamos.

De eso precisamente se encarga la planificación fiscal: de conocer a fondo nuestro propio panorama tributario y optimizar su impacto en nuestra economía. Como todos somos susceptibles de beneficiarnos de ella, merece la pena conocer en qué consiste y algunas claves para sacarle el máximo rendimiento. Carmen Jover, Máster en especialización tributaria, profesora de la UPF y formadora del Programa Aula de formación financiera para accionistas de CaixaBank, resume los principales aspectos a tener en cuenta en cuanto a la fiscalidad personal en una nueva entrega de los Aula Talks, una iniciativa de formación, que a través de conferencias y charlas breves, tiene por objetivo ofrecer contenidos sobre economía y finanzas a cargo de ponentes de reconocido prestigio.

Objetivos de la planificación fiscal

 

Para conseguir reducir el impacto de los impuestos se utilizan varias herramientas que se engloban en torno a tres grandes objetivos: el diferimiento en el pago de los tributos, el ahorro fiscal y la gestión del riesgo.

El primero de ellos nos ayuda a realizar los pagos en el momento que más nos convenga. Se trata de la lógica que existe detrás de productos como los planes de pensiones y los fondos de inversión: nos permiten aplazar el pago de tributos hasta la jubilación o hasta reembolsarnos las ganancias, respectivamente.

Si además el tipo marginal del IRPF que nos afecta en el momento de rescatar un plan de pensiones es inferior al que tendríamos que haber afrontado durante esos años, habremos logrado un ahorro fiscal. Una ventaja que también se obtiene con los fondos de inversión, cuya tributación puede —entre otras ventajas— reducir la cantidad a pagar por el Impuesto sobre el Patrimonio.

En cuanto a la gestión del riesgo fiscal, se trata de un concepto que se refiere sobre todo a la posibilidad de realizar modificaciones en las normas tributarias e incluso en las distintas interpretaciones de la ley que puedan surgir por parte de las autoridades tributarias y los tribunales. Es importante tenerlo en cuenta, además de valorar con un experto las posibles consecuencias que puedan derivarse de nuestra planificación fiscal.