Barcelona planta cara a la emergencia climática

Barcelona se enfrenta a una de las situaciones climáticas más complicadas de toda su historia.

Los índices de contaminación alcanza niveles nunca antes registrados y el ayuntamiento de la ciudad condal ha puesto en marcha un plan de emergencia para revertir los efectos de la contaminación en la ciudad lo antes posible.

En medio de una gran polémica por la falta de actuación y rapidez ante esta problemática ambiental, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ha anunciado esta medida – activada ya por otras instituciones en España – con una serie de objetivos concretos de reducción de gases contaminantes.

¿Conseguirá Barcelona alcanzar sus objetivos medioambientales antes de que la situación adquiera dimensiones imparables?

563 MILLONES

103 propuestas. 5 años. Este es el plan que pretende cumplir el Ayuntamiento de Barcelona. Durante una rueda de prensa, Colau aseguró que “se nos acaba el tiempo y no hay atajos” y, para despejar las dudas sobre la viabilidad de este paquete de acciones contra la contaminación, la alcaldesa apuntó que “queríamos que no fuera una declaración retórica, sino un documento de medidas que marquen un antes y un después”.

Estas declaraciones de la alcaldesa llegaron durante la declaración de estado de emergencia en Barcelona, momento en el que anunció la activación de las 103 propuestas con las que luchará contra el cambio climático hasta el 2030 con el único objetivo de reducir las emisiones de efecto invernadero a la mitad.

Asimismo, Colau aseguró que hay una fecha previa marcada, el año 2025. Antes de que llegue este año, la ciudad condal desembolsará una cantidad de 563 millones de euros extraordinarios de forma que los dos millones de toneladas de emisiones de CO2 se verán significativamente reducidos.

Si el escenario visualizado consigue hacerse realidad, los efectos se considerarán una gran victoria en lo que a la lucha contra los gases invernaderos se refiere, pero aún hay que remodelar algunos aspectos sociales que, lejos de ayudar al planeta, lo ensucia aún más.

LAS PROPUESTAS

Una cuarta parte de esas emisiones contaminantes la generan los coches. Por eso, en este plan de acción climática propuesto por el Ayuntamiento de la ciudad condal se ha puesto en marcha una medida que afecta directamente a coches y conductores. El organismo catalán ha anunciado que se va a realizar una drástica reducción en la movilidad de los ciudadanos en sus coches privados.

Durante le presentación de estas medidas anti-contaminación, Colau y los responsables del ayuntamiento han compartido otras medidas que ya están funcionando en la ciudad. Una de ellas es, por ejemplo, la activación de las Zonas Bajas de Emisiones , que ya funciona desde el 1 de enero, en la que tienen prohibida la entrada a la ciudad los coches más antiguos y contaminantes.  Otra novedad también relacionada con el tráfico es que se están estableciendo espacios de tráfico restringido o se ha limitado la velocidad a un máximo de 30km/h.

Las zonas verdes también tienen su protagonismo en la larga lista de medidas creadas por los dirigentes catalanes. 10 nuevos parques y ejes verdes se empezarán a plantar para revertir los efectos de los gases invernaderos en Barcelona.

Más cuestiones que se atajarán desde el ayuntamiento de la capital están relacionadas con la alimentación, la energía y la economía. Ejemplo de estas medidas son las reducciones del uso de plásticos de un solo uso, establecimiento de puntos de recogida de basura puerta a puerta en algunos barrios para favorecer al reciclaje, la creación de figuras de responsables de medio ambiente en cada uno de los distritos, reducir la contaminación acústica, fomentar la alimentación de proximidad o la creación de refugios climáticos para pasar de una forma más cómoda las olas de calor.

¿ADIÓS AL PUENTE AÉREO?

Una de las propuestas de Ada Colau que más controversia ha generado fue la relacionada con la eliminación del puente aéreo Madrid – Barcelona.

El puente aéreo es la conexión con más actividad entre El Prat y en Barajas, y además, en el último repunte del año tuvo una mayor afluencia de viajeros. Sin embargo, pese a los beneficios que da, sus efectos en el medio ambiente son devastadores.

Por eso, Colau ha propuesto suprimir este espacio para sustituirlo por otras opciones menos contaminantes como por ejemplo la vía ferroviaria sin emisiones.