En Irlanda existe una prohibición casi total del aborto lo que supone que miles de mujeres se someten a esta intervención viajando a otros países cercanos o realizándolo ilegalmente.

La Octava Enmienda de la Constitución irlandesa veta la interrupción del embarazo. Irlanda tiene unas de las leyes más estrictas del mundo contra el aborto: solo se permite cuando la vida de la madre está en riesgo, pero no en casos de violación, incesto o inviabilidad fetal por defectos. El primer ministro de Irlanda, ha anunciado la celebración de un referéndum sobre los supuestos en los que las mujeres pueden abortar, la consulta popular decidirá si revocar esta ley. Irlanda lleva años enfrentándose a desafíos en los últimos años. Una campaña para liberalizar el aborto ganó fuerza en 2012, cuando una mujer murió después de que un hospital le negara quitarle el feto a pesar de que tuvo un aborto espontáneo. Al año siguiente, se aprobó el aborto cuando la vida de la mujer estuviera en peligro.

Tras cuatro horas de debate, el Consejo de Ministros irlandés ha adoptado esta decisión, que podría cambiar una ley que tiene 35 años y que es de las más restrictivas de Europa.