A mi juicio, resulta evidente que una parte del electorado catalán está obsesionado por la forma. Obviamente, me refiero al segmento del electorado secesionista más radical e impermeable a la realidad.
No, no me refiero a un Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) sino político. Me refiero a la obsesión por recrear el mapa político de España, devolviendo a nuestro país desde el siglo XXI al siglo XV, siglo en el que por la unión dinástica de los reinos de Castilla y Aragón se comienza a usar el nombre de España para referirse aambos reinos de forma conjunta.
Esta obsesión por dividir el mapa de España y segregar “los paisos catalans”, versión política moderna de un imaginario Reino de Cataluña que nunca existió, no puede calificarse más que como Trastorno Dismórfico Político (TDP). Un trastorno psico-social tan grave e incomprensible a los ojos del mundo globalizado y de la opulenta y democrática Unión Europea como el delirio islamista de considerar España y Al Andalus parte de la Umma, es decir parte de la Comunidad Musulmana que conforman el conjunto de creyentes en Alá y en su profeta Mahoma.
Este trastorno, cultivado desde 1980 por voluntad de la Generalitat de Catalunya, resulta un anacronismo político contrario a los principios en los que se basa el proyecto que Adenauer, Monnet, Schuman y Gasperi, junto a otros europeos visionarios, pusieron en marcha en Europa en la segunda mitad del siglo XX.
La creación de nuevas soberanías nacionales y la construcción de nuevas fronteras interiores que pretende el Secesionismo catalán, resulta un anacronismo radicalmente contrario a la integración europea. Por el contrario, la creación de las Comunidades Europeas, la Unión Europea y la Unión Económica y Monetaria han representado el abatimiento de las fronteras interiores y la cesión de parcelas de la soberanía nacional tan importantes, en el caso de la UEM, como las políticas monetaria y cambiaria, así como la limitación de la política presupuestaria de los estados que la integran.
Pero no es esta la única obcecación que afecta al electorado catalán más radicalmente secesionista. Otra de sus obsesiones seculares, tiene que ver con la supuesta superioridad racial catalana.
De acuerdo con el filólogo e historiador D. Ramón Menéndez Pidal: “El federalismo catalán….quiso empezar descubriendo una diversidad étnica; en el mismo año del trágico 1898, el doctor Bartolomé Robert anunció al mundo la superioridad craneana de los catalanes; y así entre otros muchos órdenes se abultaron artificialmente <<los hechos diferenciales>>por los que se presenta al pueblo catalán en el curso de los siglos como algo completa y permanentemente separado de los demás pueblos de España”.
El doctor Bartolomé Robert y Yarzábaln, fue un médico y político de ideología nacionalista, dirigente de la Lliga Regionalista, diputado a Cortes y alcalde de Barcelona durante siete meses, que en 1899 lideró la insumisión fiscal o “tancament de caixes” de los “botiguers” contra el gobierno de Silvela, tras el desastre de la perdida de las últimas colonias españolas. Un año antes, el doctor Robert “dio una conferencia en el Ateneo Barcelonés, sobre la raza catalana, en la que, por primera vez, se habló de braquicéfalos y dolicocéfalos, resultando de todo ello una superioridad de la raza catalana sobre otras de la Península”.
El supremacismo de la raza catalana se basa, por tanto, de acuerdo con las tesis del doctor Robert en la forma del cráneo dolicocéfalo de los catalanes, aunque según algunos autores el catalanismo de Bartolomé Robert se fundamenta en una doctrina racial mucho más “sofisticada y compleja” que resulta tan filo-fascista como la primera.
“¿Fronteras? Nunca he visto una.
Pero he oído que existen en las mentes de algunas personas”.
Thor Heyerdahl.
Estas obsesiones políticas, no sólo provocan la caricatura de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, que en su editorial de once de octubre pasado, titulado “La estupidez o la muerte”, se pregunta: “¿de qué destino trágico quieren liberarse hoy los catalanes?”. Estos delirios ideológicos, representan también una oportunidad para los intereses internacionales que buscan desestabilizar Europa, además de suponer una seria amenaza para la estabilidad política de nuestro país y la causa de la grave incertidumbre económica que atraviesa actualmente Cataluña. Una incertidumbre que empobrece Cataluña y por tanto la hace menos libre.
La Constitución Española de 1978, lejos de traer un destino trágico para Cataluña, resultó ser el marco jurídico en el que se ha alcanzado el desarrollo de la Cataluña más rica y plena de la historia. Esta realidad, evidencia que ni la forma del mapa, ni la forma del cráneo, condicionanel bienestar de los catalanes. Lo verdaderamente importanteno es su forma, sinosu contenido.
Si analizamos el contenido desde una perspectiva puramente económica, comprobaremos, de acuerdo con los datos de la sería histórica del profesor Prados de la Escosura, que desde el final de la dictadura en 1975, el PIB pc medio del conjunto de la economía española ha seguido una trayectoria espectacular, pasando de 1.009€ en 1975 a 23.178€ en 2015.
Este espectacular crecimiento del PIBpc, no ha sido exclusivo del conjunto de España, ya que la Comunidad Autónoma de Cataluña presenta un PIBpc medio sistemáticamente superior a la media española, un 19% superior en media anual de los últimos 16 años. Así,según la Contabilidad Regional de España (CRE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la primera estimación de datos de 2016, arroja para Cataluña un PIBpc medio de 28.576€, que resulta un 19,2% superior a la media del conjunto de España cifrada en 23.979€.
LaCataluña de 2017 esuna región europea rica, que cuenta con un margen de autonomía política como no tuvo antes en su historia; esuna Comunidad Autónoma española que pertenece al selecto grupo de regiones más ricas de la UE de 28 países, ya que tres de cada cuatro de las 276 regiones NUTS-2 de la UE28 presentan un PIBper cápita en paridad de poder de compra (PIBpc en ppc) inferior al de Cataluña.Así, de acuerdo con los últimos datos publicados por la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat) correspondientes a 2015, Cataluña presenta un PIBpc en ppc del 107%, que supera la media 100 de la UE28 y sitúa a Cataluña por encima de la media española 90% y por encima de países como Italia 96% o Francia 106%, en un nivel de riqueza similar al del Reino Unido 108% o Finlandia 109%.
Definitivamente, la forma no importa si lo que se pretende es alcanzar la Cataluña rica y plena a la que cantan los catalanes en “Els Segadors”. En el siglo XXI, ya no son necesarios golpes de hoz “cops de falç” para alcanzarla, porque esa Cataluña ya está aquí, ya es realidad.