El Rey Felipe VI ha visitado la nueva sede de la cancillería de las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, que reconoce a oficiales y suboficiales de “intachable” carrera y “constancia en el servicio”.
El monarca ha acudido al acuartelamiento ‘Complejo Princesa’, en la céntrica calle madrileña de la Princesa, donde ha sido recibido por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el gran canciller de las Reales y Militares Órdenes, almirante general Manuel Rebollo.
Ataviado con su uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, Don Felipe ha recorrido las instalaciones, que se inauguraron el pasado mes de mayo, y después ha podido departir con algunos de los miembros de la Asamblea, no sin antes descubrir una placa que deja constancia de su visita.
Como ha dicho el gran canciller, esta visita del Rey es “histórica” porque se trata de la primera vez que un monarca visita las Reales y Militares Órdenes, que se crearon en 1811 la de San Fernando y en 1814 la de San Hermenegildo. Fueron las primeras condecoraciones de mérito de carácter castrense: la primera premia el valor militar y la segunda la constancia en el servicio y la intachable conducta en la carrera militar.
La Real y Militar Orden de San Hermenegildo tiene por finalidad recompensar y distinguir a los oficiales generales, oficiales y suboficiales del Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire y los cuerpos comunes de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil.
A esta Orden pertenecía el exgeneral José Julio Rodríguez, antiguo jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) que hace casi un mes fue cesado por el Gobierno por “pérdida de confianza y falta de idoneidad con el cargo que venía ocupando” a raíz de las declaraciones políticas que había hecho tras anunciar su fichaje por Podemos.
La Real y Militar Orden de San Fernando tiene por objeto honrar el reconocido valor heroico, como virtudes que inducen a acometer acciones excepcionales y extraordinarias, individuales o colectivas, siempre en servicio y en beneficio de España.
