Más de 140 muertos y centenares de heridos en París. Se trata del mayor acto terrorista cometido en Francia en las últimas décadas y uno de los más sangrientos cometidos en Europa solo superado en barbarie por los atentados de Madrid el 11 de marzo de 2004, donde murieron murieron 191 personas en los atentados en los trenes de Cercanías.
Francia se ha convertido en el suelo elegido por los terroristas para perpetrar sus masacres en el último año. Esta macabra estadística se inauguró el 7 de enero, cuando 12 personas murieron a manos de terroristas yihadistas en el asalto al semanario satírico Charlie Hebdo.
Un atentado que tuvo su prolongación un día después cuando una policía municipal murió asesinada a tiros al sur de la ciudad. Ese misma jornada, marcada por la psicosis y el terror, un hombre armado se atrincheró con rehenes en un supermercado judío donde se registró un nuevo en tiroteo. Murieron cuatro personas y el terrorista.
La aparente normalidad se trunco en junio, en Lyon, donde una persona intentó hacer explotar con un vehículo una fábrica de gas. Antes había aparecido en una valla del recinto el cadáver de una persona decapitada junto a banderas islamistas. El terrorista fue fue detenido.
El 22 de agosto se logró frustrar un atentado en un tren de alta velocidad que circulaba entre Bruselas y París con 554 pasajeros. El terrorista portaba un kalasnikov, un pistola automática, nueve cargadores y un cutter. Fue reducido por un viajero francés y dos norteamericanos, militares con experiencia en Afganistán que viajaban en el convoy.