Se trata de uno de los rituales del pueblo Dogón, en Mali. El ritual de pesca Antogo o Antobo es un increíble acontecimiento anual en el norte del país. Ocurre en un lago que para sus habitantes es sagrado y donde sólo se puede pescar una vez al año, el día de Antogo.

El ritual de Antogo se realiza en un lago próximo a Bamba. Se celebra en el sexto mes de la temporada seca, coincidiendo habitualmente en mayo, aunque la fecha exacta del ceremonial la determina un consejo de hombres sabios de la zona.

Los niños y los hombres rodean el perímetro del lago en grupos ordenados, en silencio, escuchando las plegarias y los cánticos de los sabios, con los que tratan de agradar a espíritus y dioses que residen en el lago.

Hasta que suena la señal, por lo general una campana y un disparo al aire.  En ese instante se abalanzan al lago equipados con todo aquello que pueda ser útil para realizar una captura, tratando de pescar todo el pescado que puedan lo más rápidamente posible.

Almacenan la pesca en donde pueden, incluso en la boca, y siguen pescando durante quince minutos. Se produce entonces una segunda señal y ordenadamente abandonan el lago. Terminado el ritual, el pescado es llevado hasta la presencia del hombre más viejo de la villa, quien distribuye toda la pesca de manera equitativa entre las familias de las aldea de la zona.

El festival de Antogo, símbolo de abundancia venidera

Cuenta la leyenda que el lago fue descubierto hace mucho, mucho tiempo, por una joven de Bamba, que tras comprobar la gran cantidad de peces que poblaban sus aguas, le contó la buena nueva a su hermana, que residía en el cercano poblado de Yanda.

Ésta última compartió la ubicación a su pareja, quien reclamó la propiedad y desencadenó una guerra tribual que acabó a favor de Bamba. Paradójicamente, a pesar de que el descubrimiento del lago lo hizo una mujer, no pueden participar -son consideradas impuras debido al ciclo menstrual-.

Desde entonces, una vez al año, en la temporada, tiene lugar el ritual de Antogo.