Lo bautizaron como Arthur. Vagabundeaba por las calles de una pequeña población de Ecuador en la selva amazónica. Uno de tantos perros mestizos acostumbrados, a pesar de su corta edad, a ‘buscarse’ la vida y proporcionarse el alimento entre basuras y desperdicios. La casualidad quiso que se topara con un grupo de suecos, un equipo de atletas, que cruzaron el Atlántico hace unas semanas para participar en el Campeonato Mundial de la Carreras de Aventuras en Ecuador.

Una prueba extrema donde los competidores luchan por vencer todo tipo de situaciones y atravesar parajes imposibles a lo largo de casi 700 kilómetros a pie, en bicicleta o en kayac. Arthur, decidió de modo voluntario incorporarse a la travesía. Bastó con que uno de los integrantes del ‘team’ sueco compartiera con el cachorro un poco de su comida, una albóndiga para que se uniera a la camada.

Al principio, los deportistas no dieron mayor importancia al hecho de contar con un nuevo integrante, pero a medida que se iban adentrando por la selva y comprobar las dificultades de la marcha intentaron ‘convencer’ a Arthur que un viaje de esas caracterísiticas no era apto para un perro desnutrido y famélico.

Pero la voluntad de Arthur se torno indestructible. Nada ni nadie podía vencer su férrea voluntad de no abandonar a sus nuevos amigos. Ni siquiera cuando le dejaron en la orilla y embarcaron en su canoa para seguir la ruta por un río el perro se rindió. Se tiró al agua y comenzó a nadar siguiendo la ruta de la carrera.

Arthur, la fuerza del compromiso

Fue entonces cuando, Michael, jaló con fuerza del animal y lo subió a la embarcación. Desde ese momento, oficialmente, pasó a engrosar las filas del equipo. No ganaron la prueba, pero Michael ganó un amigo para toda la vida.

Tras seis días de agotador esfuerzo, llevaron al perro a un veterinario local para que recuperara fuerzas, ponerle al día en cuanto a vacunaciones y viajó con ellos hasta Suecia el pasado 21 de noviembre.

Arthur no sólo ha encontrado un hogar de acogida lejos del Ecuador que le vio nacer, su heroico esfuerzo y su tesón ha permitido que los deportistas suecos hayan decidido crear la ‘Arthur Foundation’, una institución que recauda fondos para ayudar al resto de “Arthurs” que vagan por las calles del mundo. De momento, su historia recorre el mundo.